Los centros comerciales ya empiezan a lucir sus mejores galas para las fechas que se avecinan, sin duda las más rentables para la venta de productos a los consumidores. Desde hace días los comercios venden productos navideños y han decorado sus escaparates. En los lineales de las grandes superficies ya están expuestos todos los juguetes imaginables y los catálogos para que los más pequeños elijan y hagan su carta a los Reyes ya estan en circulación. Los mása previsores ya han empezado las compras y a llenar la despensa. Los precios son ahora mucho más asequibles, sobre todo en los productos de alimentación, que dentro de un mes. Lo mismo pasa con los juguetes, donde los más demandados además de agotarse pueden variar los precios.
Las luces ya están instaladas, aunque de momento apagadas en la mayoría de los grandes centros comerciales del país. El Corte Inglés, la firma que suele dar el pistoletazo de salida a la Navidad, encenderá sus bombillas el día 20 de noviembre, mientras que el ayuntamiento de Madrid lo hará el último viernes del mes de noviembre.
Jesús Gil, agente del departamento de Marketing del ESIC explica cuál es el motivo de que cada vez se adelanten más las campañas navideñas y cómo nos comportamos y el porqué del gasto, en muchas ocasiones excesivo, que hacemos en Navidades.
«El gran motivo por el cuál la navidad es un auténtico éxito de ventas para los comercios está directamente relacionado con nuestra sensibilidad navideña», afirma. «La navidad nos hace aflorar una sensibilidad especial (muy parecida a la de la infancia) que nos hace mucho más vulnerables a las campañas lanzadas por los comercios y nos producen esa obligación de regalar y acordarse de personas que no nos acordamos a lo largo de todo el año».
«La Navidad nos llega a través de estímulos visuales (luces, adornos, color) olfativo (cuando paseamos y nos llega el olor de las castañas asadas) y auditivos, (la televisión y sobretodo los villancicos) hacen inconfundible esta época del año», asegura el experto
Otro pensamiento, este menos bonito, es que los grandes comercios se están haciendo con el verdadero sentido de la navidad, Jesús Gil opina al respecto que «el pensamiento de ver una luz de Navidad y pensar que ya toca »rascarse el bolsillo» va unido«. Los consumidores somos conscientes de ello, pero «casi siempre nos mueve más el instinto de gasto por las fechas en las que nos encontramos», asegura Gil.
También se refiere a Halloween, como «otra fiesta que tradicionalmente no se celebraba salvo con la ingesta de buñuelos, huesos de santo, etc..» esta celebración en la actualidad se ha convertido en un auténtica plaga de esqueletos, brujas, calabazas y demás monstruos terroríficos «y mucha culpa la tiene el sector servicios».
La mente del consumidor está cambiando gracias a la empresa, «cuanto antes vea el consumidor una luz navideña, antes se produce ese sentimiento navideño (tanto positivo como negativo), positivo porque produce alegría en los niños, los regalos y la reunión con amigos y seres queridos, y negativo, porque alomejor alguna familia en fechas señaladas como ésta echa en falta alguien que ya no está» afirma Gil.
En época de crisis, Jesús Gil supone que «la navidad puede suponer también una vávula de escape, por ejemplo: una persona que no está pasando un buen momento económico, ve en la navidad un motivo de alegría y un momento para olvidarse un poco de los problemas que la rutina le provoca».
El truco está en alargar la navidad en el tiempo… y en el escaparate.
Jesús Gil nos desvela las tácticas que los comercios efectúan cada año, «adelantar el bombardeo navideño viene producido por varios motivos: el principal es que cuanto antes sepa el consumidor que es navidad antes va a pasar a alguna tienda a comprar regalos o comida.
Otra de las razones por las que se adelantan las navidades en los escaparates es «tratar de dosificar a la clientela durante más tiempo, con el objetivo que no ocurra lo de hace algunos años, cuando la campaña de navidad se concentraba en el mes de diciembre», de manera que se producía un »overbooking» en las tiendas y grandes centros comerciales durante ese mes, «ampliando en el tiempo este consumo se evita la gran acumulación de las compras »a última hora», asegura Gil.
Gil explica que «las luces también nos advierten que los precios de los regalos o la comida no perecedera irán aumentando a medida que se acerquen las fechas más señaladas y de esta manera poder anticiparnos a comprar productos a un precio más asequible».
El bolsillo puede estar a salvo esta navidad si logramos controlarnos, aunque tampoco se trata de mirar cada euro que se gasta, lo más importante es ajustarse al presupuesto de cada mes con una ligera flexibilidad y adquirir cuánto antes los productos que ya estén disponibles porque según se acerquen las fechas puntuales el precio tenderá a subir.