Como cada año llega el día de los inocentes. Los más pequeños son los protagonistas de inocentadas que no consiguen comprender. También los más mayores son víctimas de bromas que alginos no se lo toman como debieran.
Aquí pueden disfrutar de algunas de las bromas más significativas:
– La broma del espejo.
Una broma que consiste en hacer pensar a las personas que entran en el baño que no se pueden ver en el espejo. ¿Cómo se consigue? Situando a ambos lados de un espejo imaginario a dos gemelas idénticas realizando exactamente los mismos movimientos. La broma del espejo es de lo mejorcito que hay en Youtube.
– El spa de montaña.
En lo alto de una montaña, en una estación de esquí nipona, se ubica un acogedor spa para que los esquiadores hagan un alto y se relajen un rato. Lo que éstos no saben es que la silla de masajes en la que inocentemente se sientan es en realidad una catapulta, sí, una catapulta que les echa de vuelta a las pistas de esquí. En la segunda parte del vídeo, la silla se convierte en un asiento autopropulsado que les lleva a toda velocidad cuesta abajo. No te pierdas esta broma japonesa, no tiene desperdicio. En cuanto al idioma, no te preocupes, no hace falta hablar japonés para entender lo que está ocurriendo en el vídeo.
– Los 100 amigos.
Este vídeo ha dado la vuelta al mundo. 100 amigos se ponen de acuerdo y se sincronizan para gastar la misma broma, todos juntos, a una misma persona. El efecto que consiguen sobre el pobre transeúnte que va andando tranquilamente, y ve que 100 personas que caminan a su lado se agachan simultáneamente, es realmente increíble. La broma de los 100 amigos es todo un clásico.
– ¡Es un milagro!
A un pobre chico se le ha caído el balón a un estanque y está intentando recuperarlo con la ayuda de la rama de un árbol. Al ver que no puede recuperar su pelota, un buen hombre se acerca para echarle una mano, sólo para quedarse pasmado al ver que un hombre ataviado como Jesucristo se acerca caminando por el agua. La cara que pone el hombre de esta broma al ser testigo de esta visión no tiene desperdicio.
– La broma de la muerte.
Pero qué mal gusto puede llegar a tener la gente. Los clientes de un pequeño supermercado se quedan atónitos al ver, en la pantalla de la cámara de seguridad, que detrás de ellos está, ni más ni menos, la Muerte. Sí, la Muerte, ataviada con su clásica túnica de color negro y su azada. Lo realmente sorprendente es que, por más que miren por encima de su hombro, la Muerte no aparece por ningún lado.
– La broma del tigre.
Un hombre entra en un servicio público a hacer sus necesidades. Tranquilamente, abre la puerta de su inodoro y se acomoda para atender a la llamada de la naturaleza. Y tanto que si la llama. Sin percatarse de ello, un tigre (domesticado, eso sí) entra en el cuarto de baño y sorprende al protagonista de esta broma abriendo la puerta del retrete en el que él se encuentra. No le queda más remedio que salir de ahí trepando por encima del resto de aseos. Lo mejor es que lo hace con los pantalones bajados.
– La broma del grifo.
Un descerebrado le ha tendido una broma a un amigo conectando la batería de un coche al grifo de la cocina. Ajeno a esta situación, la víctima entra en escena. Coge un vaso y se dispone a abrir la llave del agua. El calambrazo que se lleva y el consecuente grito de dolor no tienen desperdicio. Sorprendentemente, el hombre intenta abrir el grifo una segunda vez y, evidentemente, vuelve a recibir una descarga eléctrica. No intentéis esto en casa. Bajo ningún concepto.
– La broma del maniquí.
Hay que ver cómo son las personas. Unos diseñadores de moda han decidido sustituir las secadores de unos cuartos de baños por unos maniquís forrados de toallas. En el caso del servicio de las mujeres, colocarán una figura masculina, mientras que en el de hombres una femenina. Después de lavarse las manos, las víctimas de esta broma no tardan mucho en percatarse de la presencia del figurín, y tampoco en darle uso. Al principio se muestran un poco tímidos, pero poco a poco se sueltan, y acaban secándose usando las partes íntimas de los muñecos.
– Unos padres muy malos.
Esta broma es de muy, muy mal gusto. Unos padres deciden jugársela a sus hijos, que se acostaron muy tarde la noche anterior viendo la película »La matanza de Texas». Suben sigilosamene al cuarto de los pequeños y, mientras la madre graba, el padre les despierata con una motosierra y una máscara de hockey puestra en la cara. Menudo susto se llevan los pobres chicos.
– La broma del ascensor.
Otra de japoneses. Un hombre que sube en ascensor tiene la »suerte» de estar acompañado por una preciosa joven que empieza a quitarse la ropa de forma muy sensual. El protagonista de esta broma cree que es su día de suerte y también empieza a desnudarse. Cuál es su sorpresa al darse cuenta de que la planta en la que se baja la chica alberga una agencia de modelos de bañador. Qué ridículo por favor.