Un nuevo año ha comenzado para los chinos que este viernes ha dado la bienvenida al año del Caballo de Madera y han despedido al de la serpiente. Esta festividad es la más importante para el país asiático, también conocida como la Fiesta de la Primavera, y concentra la mayor »operación salida» del planeta, con más de 3.620 millones de desplazamientos en tan solo 40 días.
El medio más utilizado es el tren, que tomarán más de 258 millones de personas. Además de los viajes en coche, que colapsan las carreteras, circularán 860.000 autobuses por todo el país y zarparán 21.000 barcos, mientras que 400.000 chinos volarán en avión durante estas fechas. Aun así, será muchos los que se queden sin medio de transporte que le lleve a su hogar ya que los medios disponibles no abarcan a todos los viajeros.
Los ciudadanos reciben el nuevo año lunar entre fuegos artificiales y grandes banquetes, eso sí, siempre con la familia. La unión es uno de los valores que más se destacan en esta celebración, y es la ocasión perfecta para que los hogares se reúnan, aunque solo sea por una vez al año.
¿Por qué no celebran el cambio de año el 31 de diciembre? China y algunos países asiáticos se rigen por el calendario lunar, y no por el gregoriano por el que se guían en occidente. Por eso, el Año nuevo Chino no tiene una fecha fija y se puede producir entre finales de enero y principios de febrero.
Las seis décadas que componen su siglo se dividen en ciclos de doce años, cada uno representado por un animal que determina la personalidad de los nacidos bajo su signo, según el horóscopo chino.
El feng shui prevé conflictos y catástrofes naturales
Ha comenzado el año del Caballo de Madera, según el horóscopo chino, que simboliza la hermosura, el talento y la virtud. Los maestros de feng shui de Hong Kong prevén conflictos, catástrofes naturales, una crisis en Asia y nuevos problemas para el cantante Justin Bieber en el Año del Caballo, que según ellos será muy agitado.
“Este año es el del caballo de madera, y la madera es muy combustible. Habrá numerosos escándalos, conflictos, explosiones y disputas violentas”, declaró a la AFP Alion Yeo, uno de los maestros de feng shui más conocidos de Hong Kong.
Los conflictos podrán limitarse a ser diplomáticos, pero podrían degenerar en verdaderas guerras, sobre todo durante el primero, el cuarto y el séptimo mes lunar (febrero, mayo y agosto), advirtió Alion Yeo.
De acuerdo con Alion Yeo, el lugar más probable para que se produzca un conflicto armado en Asia es en las islas Diaoyu (según el nombre que les da China). Estas islas, que los japoneses llaman Senkaku, están controladas por Tokio, pero también las reivindica Pekín, lo que no deja de alimentar la tensión entre las dos potencias asiáticas desde hace 18 meses.
Cena repleta de »dumplings»
Los chinos no tienen reparos a la hora de cocinar la cena que les introduce al nuevo año. En la mayoría de los hogares las mesas de los comensales habrán estado repletas de »dumplings», unas ricas bolitas hechas de pasta rellenas con carne, verdura o marisco. ¡No pueden faltar en el banquete!
El cerdo y el pescado también son típicas comidas de esta cena porque atraen la abundancia para el nuevo año. Además, las gambas rojas, por su curvatura, y los fideos chinos, por su longitud, simbolizan la longevidad.
Los platos típicos que también se pueden encontrar en el banquete para la entrada al nuevo año son la sopa won ton, la sopa tang yuan, el arroz “ocho tesoros”, entradas de pollo y pato y el song gao (un pastel de arroz dulce).
Los duces como colofón tienen la finalidad de que la entrada al nuevo año sea tan dulce como se come.
Tras dejar los estómagos llenos, atrayendo valores positivos para el año 4712, los residentes en el país asiático habrán realizado otra de sus antiguas tradiciones: la entrega de sobres rojos con dinero (hongbao), sobre todo para niños y personas desempleadas, ya que representan la prosperidad para el año que entra.
Los colores son muy importantes para sus ciudadanos y se incorporan en todas las celebraciones que realizan durante los días de fiesta. El rojo es el más simbólico. Según la tradición, este color atrae la buena suerte, la felicidad y la prosperidad. Es habitual que en la noche en la que se despide el año se entregue a los niños y a las personas desempleadas sobres rojos con dinero.
El dorado también es típico de estos días y se asocia con la riqueza y la abundancia. Se suele evitar tanto el negro como el blanco porque ambos representan el luto.