Los investigadores utilizaron una serie de pruebas visuales para comparar lectores típicos con dos grupos de disléxicos, uno con y otro sin una deleción específica en el gen DCDC2. Se presentaron a los sujetos imágenes de líneas en blanco y negro con dibujos y se les pidió que determinaran si la imagen se movía horizontal o verticalmente.
Los disléxicos con la deleción genética no consiguieron detectar el movimiento de la imagen, a pesar de que fueron capaces de determinar la orientación de las líneas, según los resultados del estudio, dirigidos por la doctora Maria Concetta Morrone, del Instituto de Neurociencia del Consejo Nacional de Investigación, en Italia. El grupo de disléxicos con una copia normal de la DCDC2 lo hizo de manera similar a los lectores normales, con sólo un deterioro de menor importancia en la detección de movimiento.