El presidente del club y líder checheno, Ramzan Kadyrov acusó el martes a Gullit de «pensar solo en bares y discotecas» y le amenazó con la destitución si perdía ante el Perm Ankar. La derrota se produjo y el presidente del Terek Grozni cumplió su advertencia despidiendo al técnico.
«Todo ha sido una historia loca. No sé si me han despedido, pero yo ya he dicho adiós. Me tengo que reír. Sabía que no era un país normal ni una liga normal, pero todo esto ha sido demasiado extraño para explicarlo con palabras», explicó Gullit en declaraciones a »AD Sportwereld».
Sin «arrepentimiento» por su aventura en Chechenia, el holandés dio su versión de los hechos. «Primero el presidente me amenaza, luego perdemos con un gol en propia puerta en el último minuto y después me entero desde Holanda de que estoy despedido. ¿Cómo no voy a ver el humor en todo esto? Me habrían despedido aunque hubiera ganado», señaló Gullit, flemático para sacar su última conclusión: «Al menos mi presencia ha puesto al Terek Grozny en el mapa, nadie lo conocía».