La mejora al grado de inversión refleja la conjunción de un alivio en los riesgos macrofinancieros a largo plazo a medida que la economía turca se encamina hacia un «aterrizaje suave» y de un fortalecimiento del crédito, incluyendo un moderado descenso de la deuda pública, así como la solidez del sector bancario y las favorables perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo, explica la agencia.
«Fitch cree que la economía turca está en vías de regresar a una tasa de crecimiento sostenible», señala Fitch, que prevé un incremento del producto interior bruto (PIB) de Turquía del 3% en 2012, del 3,8% en 2013 y del 4,5% en 2014, destacando que el país ha logrado tal reequilibrio sin caer en recesión, con el desempleo en mínimos de once años.
La economía otomana, que en 2010 creció un 9,2% y un 8,5% al año siguiente, experimenta «una desaceleración dirigida hacia un aterrizaje suave», según apuntaba un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras la inflación se ha moderado al 7,8% en octubre desde el 11,1% del pasado mes de abril.
A pesar de esta decisión, Turquía no será incluida automaticamente en los índices de países con deuda dentro del bono de inversión, ya que su »rating» se encuentra todavía un peldaño por debajo de este nivel, según Moody»s, mientras que para Standard & Poor»s la calificación de los bonos otomanos es »BB» con perspectiva »estable», dos escalones por debajo de la frontera que separa el grado especulativo con el de inversión.