El director búlgaro Stephan Komandarev ha buceado en el micromundo de los conductores de taxis de la ciudad de Sofía para hacer un «diagnóstico» de la sociedad de su país en la película «Destinos», que compite en el Festival Internacional de Cine de Gijón.
El cineasta ha dicho que todas las escenas del filme, «excepto una», están inspiradas en hechos reales protagonizados por taxistas, un gremio que «representa con fidelidad» la composición de la sociedad búlgara.
Desde el inicio, la película sorprende al espectador con un plano secuencia en el que un taxista asesina a un banquero que le reclamaba duplicar la cantidad del soborno para darle un crédito.
A partir de estas imágenes, la película se desarrolla en la vorágine del tráfico en las calles de la capital de Bulgaria, con el crimen del banquero como trasfondo y la radio como nexo de unión.
Komandarev ha explicado hoy en una rueda de prensa que se inspiró para rodar esta película precisamente durante una viaje en taxi, en el que descubrió que el conductor era durante el día un catedrático de física nuclear en la universidad.
Según ha explicado es algo normal en Bulgaria que profesionales con ingresos bajos sean conductores de taxis durante la noche para poder llegar a fin de mes.
Intrigado por ese «micromundo», el director comenzó a mantener entrevistas con taxistas que le contaron historias increíbles que eran dignas de ser llevadas al cine, según ha explicado.
La escena del crimen del banquero es una de ellas, y ocurrió en una ciudad de la costa del Mar Negro, donde un pequeño empresario asesinó a una mujer banquera que le estaba extorsionando.
El director ha dicho que su función como cineasta no es hacer política sino contar las cosas que no le gustan y que ha filmado en «Destinos», cuyo título original es «Posoki», como «un diagnóstico».
Komandarev ha asegurado que «Bulgaria es un país de optimistas porque todos los pesimistas se han ido» y ha recordado que unos 2.000 compatriotas suyos viven en España alejados de sus hijos que se quedaron al cuidado de familiares.
El cineasta ha afirmado haber encontrado en los taxistas una estructura «representativa de los distintos rostros de la sociedad búlgara» y confía en que la película cumpla el objetivo de generar debate sobre el momento actual.
La próxima semana se proyectará en Sofía en un pase especial para medio millar de conductores de taxis, con la intención de que la «sientan suya» y la comenten a sus pasajeros.