Cerca de 30 detenidos, destrozos en vidrieras y caos en el tráfico automovilístico fueron las consecuencias de una jornada espontánea de protesta de miles de usuarios por el servicio de transporte masivo Transmilenio en Bogotá.
«Lo que empezó como una protesta pacífica, con arengas y pancartas en contra de las deficiencias que se presentan en Transmilenio, se transformó poco a poco en actos de vandalismo y bloqueo contra el sistema», señaló la Alcadía Mayor de Bogotá en un comunicado de prensa.
Las manifestaciones en contra del servicio de los autobuses articulados bogotanos se iniciaron a primera hora del día, cuando centenares de los usuarios, principalmente estudiantes, ocuparon las estaciones de los autobuses e impidieron su salida.
Los usuarios del popular transporte bogotano bloquearon, además, varias avenidas de sectores del sur y el noroeste de la ciudad, principalmente.
La protesta tiene su origen en el retraso de las rutas en horas punta, el costo de las tarifas, el escaso cubrimiento de la red, la insuficiente capacidad de los vehículos así como la falta de alternativas de transporte público.
Según fuentes oficiales, unos 1.200 hombres de la fuerza pública y de escuadrones antidisturbios de la Policía, fueron desplegados en distintos puntos de la ciudad para neutralizar los desórdenes.
El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, el secretario de Gobierno de la ciudad, Antonio Navarro, y el director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, han seguido los distintos bloqueos.
Ante las protestas, Petro insistió en que hay necesidad de «renegociar las condiciones» del servicio de Transmilenio y dijo que las personas que bloquean estaciones y calles impiden unos acuerdos directos con la ciudadanía.
Además, denunció que detrás de los sabotajes se ocultan intereses políticos del Partido Comunista y el Moir (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario).
Por otra parte, Petro ordenó levantar la medida de restricción para los vehículos particulares, conocida como «pico y placa», y que rige de lunes a viernes según el último número de la matrícula, para permitir que miles de personas puedan movilizarse.
De manera simultánea, los organismos de seguridad detuvieron a un hombre que detonó dos artefactos explosivos en las inmediaciones de la Casa de Nariño, sede presidencial, y del Capitolio Nacional (Congreso), que no causaron daños materiales ni heridas.
Las autoridades verifican si este hecho está relacionado con la protesta por el transporte público en la capital colombiana.