Según el ministerio de Empleo y Seguridad Social, solo en España residen más de ocho millones de jubilados, casi un 20 por ciento de la población. Sin embargo, tras la jubilación, con lo hijos independizados y los cambios físicos propios de la edad, los mayores pueden sentirse desorientados, dando lugar a un proceso de adaptación a menudo difícil de controlar. En esta etapa es fundamental mantener la motivación y autoestima puesto que poseen algo muy valioso: la experiencia vital de los años vividos.
«Los mayores deben entender, para utilizar en su beneficio, que la experiencia es un punto muy positivo a la hora de afrontar conflictos cotidianos. La experiencia vital es un grado de valía y deben saberlo», ha señalado la coordinadora de la Zona Centro de Atenzia, Sandra Miguel.
Por ello, en esta iniciativa se han trabajado, de manera teórica y práctica, las capacidades de los asistenciales, proporcionando un espacio de encuentro sonde expresar sentimientos y opiniones mediante el análisis de situaciones vividas como qué pasó, qué significa los que pasó, qué significó para nosotros y, sobretodo, cómo actuamos al respecto.