En un entorno paradisiaco, rodeado de montanas y naturaleza, está la casa donde nació y donde descansan los restos de Bob Marley. La pequeña población de Nine Miles se ha convertido con los años en una zona de peregrinación para todos sus seguidores.
El lugar se conserva tal y como lo dejó Bob Marley aunque alrededor de él se ha montado todo un negocio de souvenirs. Los colores de los rastafaris; el verde, amarillo y rojo decoran todas las paredes de la finca.
Lo primero que se puede visitar en el recinto es una sala donde se pueden encontrar entre otras cosas sus discos de oro y platino, recortes de periódicos, su ropa y fotografías. Hay un pequeño patio donde varios rastafaris amenizan la visita a los turistas cantando y tocando canciones del Marley.
Para llegar hasta su casa hay que subir una cuesta bastante empinada. A medio camino se puede observar un pequeño mausoleo donde está enterrada Cedella Brooke, la madre de la leyenda, y uno de sus hermanos. Al final de la cuesta está la casa en la que vivía Bob de niño, el edifico fue declarado Monumento Nacional por el gobierno de Jamaica. En esta pequeña y austera construcción nació Bob y vivió junto a su familia materna hasta que murió su padre.
Antes de entrar a la casa hay un patio con una piedra redonda con los colores verde, amarillo y rojo , donde Bob Marley se sentaba a meditar y escribir sus canciones. Según los guías del mausoleo, muchas veces Bob se quedaba dormido sobre esta piedra. La inspiración le llegaba al Bob gracias a las vistas y a la ayuda de la Marihuana. En Jamaica es ilegal fumar esta droga excepto en la casa de Bob Marley. En la parte exterior de la casa también está la cocina de leña.
Dentro del recinto se puede visitar dos cabañas, en una está la habitación del cantante y en la otra el féretro donde están sus restos mortales. Para entrar hay que quitarse los zapatos en señal de respeto a Bob Marley. No está permitido hacer fotos en el interior del mausoleo. Alrededor de la tumba de Bob Marley hay multitud de regalos que le han hecho sus fans.
Lo más interesante del recorrido es observar la decoración de cada ambiente, pasear por su plantación de hierbas medicinales, entrar a la cocina donde las preparaba y disfrutar de las esculturas que lo representan. Todo, claro, siempre pintado de amarillo, rojo y verde.