Todo un fenómeno en su EEUU natal, The Lumineers dominan los mercados europeos con el irresistible single »Ho Hey», un tema que conoces de sobra. Ahora llega el momento de que descubras a sus artífices. La canción, la has escuchado en »El lado bueno de las cosas», la peli revelación de este año con Bradley Cooper y Jennifer Lawrence y también la oirás cada día en los resúmenes de »Gran Hermano Catorce».
Wesley Schultz vio el futuro hace 20 años
Mientras crecía en el suburbio de Ramsey, New Jersey, Wesley pasaba el tiempo dibujando junto a su mejor amigo, Josh Fraites. Hoy como líder de la banda The Lumineers, Wesley ha remplazado su lápiz por una guitarra, sus dibujos por canciones y toca codo con codo con el hermano pequeño de Joshua, Jeremiah. Sigue practicando mucho y le sigue saliendo bien.
Pero la historia de The Lumineers no sucedió de un modo tan fácil
Comenzó en 2002, el año que el hermano de Jeremiah, Josh, murió de una sobredosis a los 19. Entre el duelo y la pérdida, Wes y Jer encontraron alivio en la música, componiendo canciones y haciendo bolos en Nueva York. Tras dar batalla en la durísima escena musical de la ciudad y debido al inabordable alto coste de la vida, los dos decidieron ampliar sus horizontes. Empaquetaron todas sus posesiones—nada más que un par de maletas con ropa y un tráiler lleno de instrumentos musicales—y se dirigieron a Denver, Colorado. Más que un peregrinaje fue un acto testarudo de esperanza.
Lo primero que hicieron en Denver fue poner un anuncio en Craigslist para encontrar un violonchelista y la primera en responder fue Neyla Pekarek, una nativa de Denver de formación clásica. Como trío comenzaron a tocar en el Meadowlark, un club situado en un sótano mugriento donde se reunían cada martes los compositores de más talento en una noche de micro abierto y cervezas a un dólar. Neyla suavizó las duras aristas de Wes y Jer a la vez que expandió sus conocimientos a la mandolina y al piano. Así tomó forma el sonido de The Lumineers, una amalgama de sentido rock acústico, pop clásico y folk.
En 2011, un EP con su nombre grabado por ellos mismos les llevó a realizar una gira que ellos mismos contrataron y al poco The Lumineers comenzaron a atraer a devotos fans en todo el oeste norteamericano que de vuelta en el este originario se convirtieron en multitud. Jóvenes, mayores e intermedios se sintieron atraídos por canciones como »Ho Hey» y »Stubborn Love», incendiarios temas en la línea de Avett Brothers y Mumford & Sons.
Por cortes como »Slow it Down» y »Dead Sea», baladas lentas y sensuales que sugieren las crudas revelaciones de Jeff Buckley y Ryan Adams. También les atrae la experiencia vital de Lumineers—una reunión musical solidaria en contra del aislamiento, la adversidad y la desesperación.
The Lumineers andan por esa senda con un don acertado al crear melodías atemporales y letras emotivas. Todo se mostrará en breve, en el primer álbum de la banda que se edita en abril. Además, darán un concierto el 10 de julio en la Sala Razzmataz de Barcelona.
Nacidos de la tristeza, alimentados por la pasión, madurados a fuerza de trabajo The Lumineers han encontrado su sonido cuando el mundo más lo necesita.