«Sobre todo soy fan de John Lennon. Vino Michael Walden, el productor de Aretha Franklin, Stevie Wonder y Whitney Houston, se interesó en nosotros y quedamos con él en casa de Antonio Carmona. Me preguntó si sabía cantar en inglés, me pidió que le cantara algo y le canté el »Love me do» de los Beatles, un tema que he cantado siempre flamenquito y a la guitarra. Le gustó tanto que no me dejó salir del estudio hasta que estuvo terminado», rememora.
Rosario señala que Raskatriski es su «ritmo, el ritmo de la música catalana» que lleva dentro y cómo lo mezcla con «todos los demás sonidos, con los bajos y las guitarras funkys». Así, afirma que ella se identifica con la música negra «dentro de la rumba catalana», y añade que el Raskatriski es una «rumba catalana que se cantaba a menudo en las fiestas nocturnas» en su casa familiar, por lo que ha sido «el soniquete» de su vida.
Asimismo, considera un «logro» en estos tiempos superar los 30.000 ejemplares vendidos: «Llevo ya muchos años en la música y saber que me mantengo es el mejor regalo que puedo imaginar. Recibir el disco de Oro por un disco que ha sido hecho con tanto cariño y con todas las canciones escritas por mi es un orgullo. Lo hice con todo el corazón y con la misma ilusión que el primero. Soy una Raskatriski y quiero volveros a todos Raskatriskis».
Eso sí, admite que el mundo de la música lleva «diez años padeciendo la crisis», por lo que «a estas alturas la industria musical España ya casi ni existe». «Estamos escalando un muro lleno de piedras y no paramos constantemente de caernos pero soy optimista, creo que esto se tiene que arreglar y repartirse entre todos», plantea.
Por último, aún admitiendo que los músicos lo están «pasando mal», expresa su intención de «seguir cantando». En su opinión, «si hay que cantar en bares se canta», por lo que resalta que «pase lo que pase» ella seguirá cantando, ya que «la música es universal y sobrevive aunque no haya industria».