Una de las obras más exóticas y desconocidas de Antonio Vivaldi, «Teuzzone», llega el próximo 24 y 25 de febrero al Gran Teatre del Liceu, en una versión en concierto que dirige Jordi Savall e interpreta la orquesta Le Concert des Nations, con instrumentos de época.
El director de orquesta y especialista en música antigua ha querido sacar a la luz «esta faceta de Vivaldi, que es muy conocido como autor instrumental y no lo es suficiente como compositor de óperas», según ha dicho a Efe.
De hecho, los dos conciertos que dirigirá Savall serán la primera ocasión de escuchar en el Liceu «Teuzzone», que nunca se ha representado en el teatro de la ópera barcelonés desde que Vivaldi la compuso en 1718.
Según Savall, «se trata de una ópera realmente extraordinaria, con una temática muy novedosa para la época y una estructura musical rompedora, que no se ha representado en más ocasiones porque la popularidad de Vivaldi como compositor de ‘Las cuatro estaciones’ ha hecho sombra a sus óperas».
Savall, conocido por su labor de recuperación de obras antiguas poco interpretadas, ha decido sacar del olvido esta pieza, que narra la historia del príncipe chino Teuzzone, heredero legítimo del difunto emperador, a quien quieren arrebatar el poder.
El reparto, encabezado por el sopranista Paolo López en el papel de Teuzzone, está compuesto por la mezzosoprano Marta Fumagalli, la contralto Sonia Prina, el barítono Furio Zanasi y la soprano Roberta Mameli en el papel del gobernador Cino, un personaje que originalmente interpretaba el castrado.
Aurelio Schiavoni y Carlo Allemano completan el cartel de esta obra, encargada a Vivaldi por el príncipe Felipe de Hessen-Darmstadt, gobernador de Mantua, para ser estrenada en esta ciudad italiana hace 300 años.
Jordi Savall ha optado por presentar la pieza en concierto porque «la preparación de las óperas escénicas implican mucha presencia y dedicación» y el músico no quiere abandonar sus compromisos como violagambista.
Más importante que la representación escénica es, en su opinión, la utilización de instrumentos barrocos, porque «la textura de la época era más ligera que la que ofrecen los instrumentos de las orquestas de hoy en día, que tienen un sonido más pesado».