Podemos y Syriza se consolidan como los dos grandes y nuevos movimientos de la izquierda más a la izquierda europea. Tsipras e Iglesias han aparecido ante la opinión pública como una suerte de homólogos, el propio político griego viajó hasta nuestro país para participar en el acto que coronaría a Pablo Iglesias como el flamante secretario general de la organización.
Este lunes el diario progresista y de izquierdas Libération les dedicaba una gran portada y siete páginas de análisis sobre el fenómeno calificado como “la primavera de la izquierda roja”. Pero, ¿le vendría bien a Podemos que Syriza se hiciera con el poder en una Grecia fragmentada?
Francisco Carrillo, experto analista y director de La Fábrica de discursos, explica que “si Tsipras no gana frenaría las expectativas de Podemos en Europa y si gana, con la mayoría para gobernar tenemos unos meses para comprobar cuáles serán las primeras decisiones del griego”.
“Si no cumplen lo que anunciaron con respecto al pago de la deuda se enfrentan al desilusionamiento del electorado y si lo cumplen habrá problemas con la troika, con lo cual hagan lo que hagan están, ahora mismo, atrapados”, explica Carrillo.
Por su parte José Ramón Pin, experto en política y economía del IESE, analiza que, de ganar Tsipras no puede tensar la cuerda con la troika: “Grecia necesitaría préstamos en unos pocos meses. Para conseguirlos no puede plantar una negociación dura. Por tanto defraudará a su electorado, que verá perdidas sus expectativas de liberarse de las denunciadas políticas de austeridad. Lo cual puede desinflar a los seguidores españoles de Pablo Iglesias”.
Por su parte José Candela, antiguo funcionario de la Comisión Europea y colaborador de la Fundación Alternativas explica que podrían darse dos escenarios: «Desde un punto de vista ideológico, puede que le venga bien a Rajoy la falta de éxito de Grecia en la renegociación de la deuda, puesto que ello supondría un estímulo para los votantes de la derecha neoliberal que sostienen al PP, así como para el mundo de las finanzas y las grandes empresas. Ahora bien, un rechazo de la UE a pretensiones razonables de Grecia podría, de rebote, darle más votos a un partido como Podemos, que comparte con Syriza una visión crítica de la actual hegemonía de la ideología neoliberal en la UE».
Haga los que haga Tsipras, opina Carrillo, “si a Syriza le sale mal la jugada esto puede tener un “efecto espejo” en Podemos, un efecto rebote. Al haber dicho tantas veces que son partidos hermanos, que Syriza es el Podemos de Grecia, esto puede suponer una hipoteca para Iglesias, en los seis meses para las elecciones generales le puede pesar”. No obstante si Syriza hace una buena gestión “tendrá un efecto catapulta en la formación de Iglesias”.
¿Más factible renegociar la deuda o salir del euro?
Dice José Candela que ahora Grecia se prepara para una posibilidad de renegociar su deuda, que también tiene derecho a una «especie de solidaridad» porque, de lo contrario «sería condenar a Grecia a décadas de recortes». «Se le quitaría la posibilidad de crecer, la situación no es la misma ahora que en el 2012», subraya.
Merkel no ha confirmado de manera oficial sus polémicas declaraciones sobre que Grecia se deba marchar del euro. En ellas su entorno habría manifestado que si Syriza gobierna y no paga la deuda, entonces saldrá del euro.
Peligra, dice Carillo, el cambio de discurso permanente que tiene tanto Syriza como Podemos. Tanto Syriza como Podemos, asegura Carrillo, comparten una característica común, «ambos son partidos camaleónicos que se amoldan constantemente a los cambios: un día pago la deuda, al día siguiente no…».
Y, ¿qué ocurre con el cambio de discurso y el viraje hacia la socialdemocracia de Podemos? Según Carrillo en Grecia las cosas están mucho peor que en España y funciona mejor un discurso radicalizado, mientras que en España, Podemos, ha fomentado este discurso para estar en el tablero y ahora lo suaviza para ganar votos.
Distinta es la visión de Candela: «Podemos y Syriza tienen, como ya hemos dicho, objetivos similares. Para lograrlos, tienen propuestas moderadas, que sólo en caso de no encontrar las respuestas esperadas, podrían dar paso a posturas políticas más agresivas».