Tras el derribo del avión de Malaysia Airlines por un misil, presumiblemente, lanzado por los separatistas prorrusos, se empiezan a conocer algunos detalles y algunas circunstancias que salvaron vidas y otras que abocaron al vuelo MH-17 a la tragedia en la que murieron casi 300 personas.
Desviar la trayectoria del vuelo apenas unos kilómetros, incrementando la duración de éste solo 20 minutos, hubiera evitado pasar por zona de máximo riesgo y recibir el impacto del proyectil.
Otra historia humana, después de las conocidas minutos después del suceso, es la de dos tripulantes del Boeing, que salvaron su vida al negarse a embarcar en el trágico vuelo. Su persistencia, pese al criterio contrario de la compañía Malaysia Airlines hace que hoy puedan contarlo.
Dos tripulantes de cabina cambiaron de turno para volar en el avión de Malaysia Airlines, derribado por un misil en el este de Ucrania, en el que murieron 298 personas. El persona de la aerolínea alegó que le preocupaba sobrevolar sobre una zona de guerra.
Algunos pilotos y la tripulación de cabina habían expuesto sus temores acerca de la trayectoria de vuelo en las semanas previas a la tragedia, aunque Malaysia Airlines no escuchó las preocupaciones de la tripulación.
Algunos miembros del personal se plantearon muy seriamente no volar, dado el riesgo real, sobre todo después de que dos aviones ucranianos, un avión de combate y un avión de transporte, fueran derribados por los rebeldes con anterioridad.
Según fuentes de Malaysia Airlines, al menos dos tripulantes de cabina cambió turnos para que no estar en MH-17, porque estaban preocupados por la trayectoria de vuelo, aseguraba Daily Mail.
British Airways, así como todas las compañías aéreas estadounidenses, Lufthansa, Air France y Qantas ya estaban evitando la zona de guerra en Ucrania, añadiendo un extra de 20 minutos de tiempo de vuelo.
Un portavoz de Asiana Airlines, otra compañía que vuela evitando la zona de guerra, dijo: «A pesar de que el desvío se suma al tiempo de vuelo y el coste, hemos estado haciendo el desvío por seguridad.
Por su parte la analista de aviación civil Chris Yates respaldaba estas preocupaciones de pilotos y compañía asegurando: «Mi opinión es que donde quiera que haya una zona de conflicto, el espacio aéreo debe cerrarse«.