Otra tragedia golpeó la base militar de Fort Hood esta madrugada. Un soldado mató a tres compañeros e hirió a otros 16 antes de suicidarse en la base militar de Fort Hood (Texas, sur de Estados Unidos. Este tiroteo devolvió a la memoria el negro 9 de noviembre de 2009 que vivió Fort Hood, cuando 13 personas fallecieron y otras 28 fueron heridas.
¿Qué sucedió en esta base militar conocida como “el fabuloso lugar” por su calidad de vida y considerada una zona extremadamente segura? Las primera hispótesis apuntan que un soldado que sirvió en Irak en 2011, que tiene esposa e hijos y que se estaba sometiendo a pruebas médicas para determinar si sufría trastorno por estrés post-traumático (PTSD, en inglés) ha sido el autor del tiroteo. Aunque la secuencia de los hechos todavía no está clara, las primeras hipótesis apunta a que el soldado entró en uno de los edificios del complejo militar, abrió fuego, se metió en un vehículo, disparó desde él. Luego salió del coche, se metió en otro edificio y volvió a abrir fuego.
¿Quién es este soldado? Según las primeras investigaciones, se trataría de Ivan López, de origen puertorriqueño y de 34 años. Según señala el diario estadounidense US Today, el sospechoso estuvo de servicio en Iraq durante cuatro meses y se autodiagnosticó una lesión cerebral traumática, a pesar de que no sufrió lesiones durante su misión en Iraq. Precisamente, dado que no sufrió heridas durante su misión en el país árabe, cuando llegó a la base militar en el mes de febrero no le asignaron a una unidad especial como al resto de heridos en enfrentamientos.
El atacante usó una pistola semiautomática de calibre 45 que no había registrado en la base militar -tal y como manda el reglamento- y que adquirió hace poco en una tienda cercana a la zona. Los testigos señalan que el tirador vestía uniforme en el momento del ataque.