El Ministerio del Interior de Afganistán reveló el sábado el caso de un niño de 12 años que supuestamente fue entregado a los talibán por 700.000 afganis (casi 10.000 euros). El menor, que habría sido vendido por su propia familia, logró escapar de un centro en el que supuestamente se preparaba junto a otros niños para cometer ataques suicidas, según medios locales.
El Emirato Islámico de Afganistán –nombre oficial del régimen talibán– ha respondido este lunes a las informaciones «falsas» sobre el reclutamiento de niños. El movimiento terrorista ha subrayado que se trata de «propaganda del enemigo», según una nota difundida en Internet.
«El Emirato no permite el uso de niños en filas yihadistas y no ve ninguna necesidad», ha explicado el grupo, que ha desmentido de forma especial la utilización de menores en operaciones suicidas. «Emplear niños en filas yihadistas está prohibido por la »sharia»», han apuntado los talibán.
El grupo, asimismo, ha sugerido que tampoco tiene necesidad de incorporar a niños: «Tenemos a cientos de adultos entrenados que llevan años esperando pacientemente su turno».