«Hice un movimiento y abrí la puerta«. Así de sencillo consiguió Walter, el cerrajero que acudió a la casa de Nisman llamado por la familia del fiscal tras su muerte el pasado lunes, abrir la puerta del domicilio del fiscal. Así de simple se cae la versión oficial del Ministerio de Seguridad, que aseguraba que esa puerta estaba cerrada con la llave puesta por dentro.
Una nueva vuelta de tuerca en este complicado caso de resolver y al que no paran de añadirse intrigas: no encontraron pólvora en las manos del fiscal; ha aparecido un nuevo acceso a su domicilio que conducía a un pasillo desconocido; una huella dactilar y una pisada reciente en ese corredor oculto.
La jueza que investiga el caso, Viviana Fein, sigue tomando declaración para saber qué ocurrió en la planta 13 de la urbanización Le Parc, en el lujoso barrio de Puerto Madero en Buenos Aires. Este miércoles ha convocado a Walter, el cerrajero que acudió ante la llamada de la madre del fallecido, para que de su testimonio. «Cualquiera podría haber abierto esa puerta«, en referencia a la entrada para el personal de servicio en la casa de Nisman.
Walter amplió después de su declaración a los periodistas argentinos. A ellos contó que su tarea se centró únicamente en la segunda puerta, ya que la principal sólo puede ser abierta por un código alfanumérico. Sólo tardó dos minutos en poder entrar en el domicilio -«corrí el pestillo y se abrió»- y diez en recoger las herramientas y tomar un taxi de vuelta a su vida normal.
Tardó más tiempo en recoger que en abrir la puerta
«Me llamaron del edificio a las 22:03 horas la noche del domingo- habré llegado media hora después. La puerta principal tenía una traba por lo que me dijeron de abrir la de servicio. Estaba abierta sin llave pero con la llave puesta por dentro», relató.
«Con un alambrecito, empujé la llave, se cayó. Le pedí su llave a la madre y abrí», detalló al sostener que se trataba de una maniobra fácil de realizar.
Walter y la madre de Alberto Nisman subieron hasta la decimotercera planta del edificio junto con los bomberos. La mujer solicitó un cerrajero debido a que las dos puertas estaban cerradas y no se podía acceder a la vivienda.
Todo lo ocurrido minuto a minuto la noche del domingo desde que la madre de Nisman llegó al edificio, tras haber sido alertada por la custodia del fiscal que el hombre no respondía a las llamadas, genera una maraña de especulaciones periodísticas y posteriores desmentidas.
Mientras tanto, el gobierno insistió en descalificar la denuncia presentada el miércoles pasado por Nisman, en la que acusó a la presidenta y a su canciller Héctor Timerman de encabezar una operación para encubrir a Irán.
Varios altos exfuncionarios iraníes están acusados por Argentina de haber participado del atentado contra la mutual judía AMIA en Buenos Aires en 1994, que dejó 85 muertos y 300 heridos.