El partido salafista Al Nour, que ha quedado en segundo lugar en las elecciones egipcias, ha asegurado que no tiene intención de formar un gobierno de coalición con los Hermanos Musulmanes, que han obtenido un mayor número de votos en la primera vuelta.
El líder de los salafistas, Emad Abdel Ghaffour, ha asegurado que “odiamos ser seguidores. Siempre dicen que vamos a tomar posiciones según los Hermanos Musulmanes, pero nosotros tenemos nuestra propia visión”.
Al menos por el momento, Al Nour tiene intención de permanecer en un segundo plano y no interferir, porque prefieren “mantenerse independientes”. De hecho, aseguran que “no descartamos que nos marginen y nos retraten como el bloque problemático”, ha aseverado el líder de los salafistas.
Abdel Ghaffour ha asegurado que, con ellos al poder, aumentaría el turismo en Egipto y la diversificación económica en las ciudades egipcias que son independientes del sector turístico. Al Nour propone también una vuelta al pasado al querer prohibir las muestras de cariño en público, ilegalizar el alcohol y que las mujeres lleven bikini.
El líder afirma que al ser el segundo partido mayoritario, tendrán voz, porque “ningún partido puede imponer su voluntad sobre 80 millones de egipcios”. Los salafistas además, quieren que la ley islámica o »Sharia», sea la base legislativa en la que se base el poder del país.
Los salafistas creen que pueden llegar a ocupar el 20% de los escaños del parlamento e incluso más si se repiten los buenos resultados obtenidos en la segunda y en la tercera vuelta.
La comunidad internacional ha aireado su preocupación ante el ascenso de los islamistas en Egipto, aunque, con especial escepticismo, por el peso político que ha recabado Al Nour con un 24,4% de los votos.