La televisión tradicional mira al pasado y se pone triste. Ya no son los años de las grandes audiencias, de los jueves de Cuéntame y de los sábado de Noche de Fiesta. Los jóvenes se han cansado de esperar para ver un capítulo semanal de su serie y quieren ver sus programas cuando quieran, todos los que quieran, en el dispositivo que les apetezca y con acceso ilimitado a todo el contenido posible. En este panorama, Netflix ha estado ahí.
La plataforma de vídeo streaming con suscripción de pago acabó 2017 triplicando beneficios hasta los 558,9 millones de dólares (456 millones de euros). La facturación del responsable de títulos como Stranger Things, House of Cards, Por 13 Razones, The Crown o Narcos alcanzó entre enero y diciembre un total de 11.692,7 millones de dólares (9.546 millones de euros), un 32,4% más que en 2016. En el cuarto trimestre, Netflix obtuvo un beneficio neto de 185,5 millones de dólares (151 millones de euros), un 178% más que un año antes, con una cifra de negocio de 3.285,7 millones de dólares (2.683 millones de euros), un 32,6% más.
El secreto es simple. Todo el contenido que quieras cuando quieras y desde donde quieras. Series y películas casi ilimitadas para que puedas consumirla como quieras. Una nueva forma de consumir contenidos para la pequeña pantalla que revoluciona la industria audiovisual y pone en jaque la tele tradicional.
Con este servicio, Netflix ha pulverizado récords. Sólo en el cuarto cuatrimestre de 2017 la plataforma consiguió un crecimiento de usuarios récord de 8,33 millones. En total la empresa cuenta con 117,58 millones de usuario en todo el mundo, teniendo presencia en todo el globo menos en China, donde están intentando introducirse en el mercado, y en Corea del Norte, Siria y Crimea, ya que según anuncia en su web, existen “restricciones del gobierno de los EE UU sobre empresas americanas”.
La culpa del éxito: las grandes producciones
La aparición en su momento de Netflix supuso toda una revolución en la forma de hacer tele. Por el año 2008 los grandes canales veían con recelo la expansión del consumo del vídeo online, pero aún contaban con la baza de poder realizar grandes producciones y aprovecharse de sus buenas relaciones con las productoras de contenidos.
Con este panorama, Netflix emitía por Internet contenido que, en un momento anterior, había aparecido con toda probabilidad en la televisión convencional. De después de enterrar a la gran y poderosa Blockbuster, la franquicia reina de servicio de alquiler de cintas, aún quería seguir creciendo. Y para conseguir luchar con las cadenas convencionales Netflix optó por una solución tan radical como ambiciosa: ¿por qué no ser productor y canal a la vez?
Con esta idea el canal online se puso manos a la obra y en 2011 estrenó House of Cards. La idea era simple: para ver la serie había que suscribirse a Netflix ya que eran los únicos que, como creadores, tenían sus derechos. Si la serie goza de buena fama sería un estupendo boca a boca para hacer que la gente se suscriba, y así conseguir financiación para nuevas producciones y expandir el servicio en otros países.
El engranaje funcionó, el boca a boca comenzó y los suscriptores subieron. La empresa vio negocio y siguió produciendo series en exclusiva para su canal online, consiguiendo gran repercusión con Lilyhammer, Hemlock Grove y Orange Is the New Black y más tarde con éxitos aclamados por público y crítica de la talla de Stranger Things, 13 reasons why, Black Mirror o Narcos. Grandes producciones de moda y exclusivas de Netflix que consiguen que más de uno pague los 14$ mensuales que cuesta la mensualidad – 7,99 euros el servicio básico en España –.
Su éxito en España
Con su llegada a España en 2015 la empresa no se durmió en los laureles y activó una estrategia para rescatar viejas producciones de calado nacional. Financió y resucitó El Ministerio del Tiempo para una tercera temporada, serie apartada por la falta de presupuesto de los proyectos de la cadena pública. Consiguió una gran temporada que los fans agradecieron y permitió que se emitiese en abierto en la cadena pública y online por todo el mundo.
También contrató a conocidos intérpretes patrios para producir series con marca española, pero presupuesto americano, creando Las Chicas del Cable.
Aunque en España sigue siendo líder Movistar + gracias a la herencia de la marca Canal +, ya en noviembre Netflix contaba con más de un millón de suscriptores y con presencia en el 7,3% de los hogares españoles sólo en dos años. Por su parte, Movistar cuenta con 2.007.000 suscriptores y HBO 414.00, a lo que le siguen otras plataformas con menos seguimiento como beIN CONNECT / TotalChannel, Amazon Prime Video, Wuaki y Filmin, que en total no llegan a ocupar una presencia mayor del 3% de los hogares españoles.