Las nuevas reglas permitirán a la Comisión Europea iniciar una investigación en caso de que haya sospechas de prácticas desleales llevadas a cabo en países terceros para «dañar o intentar dañar» a aerolíneas europeas.
También fijan los procedimientos para imponer medidas correctivas en caso de que detecten prácticas desleales para restar cuota de mercado a las marcas europeas.
Ante la falta de normas internacionales en la materia, la UE teme que las aerolíneas europeas puedan enfrentarse en el exterior a medidas que distorsionen la competencia, por ejemplo al asignarles derechos de despegue y aterrizaje (‘slots’) con los horarios menos ventajosos o al reservar subsidios o acceso a servicios preferenciales en aeropuertos para otras compañías.
Las nuevas normas comunitarias, asegura la Comisión Europea, garantizarán «igualdad de condiciones» entre las compañías europeas y las extracomunitarias y evitarán así situaciones de monopolio, que se traducirían en «precios más altos y menos opciones para los viajeros».
Para que el acuerdo alcanzado por los negociadores de las instituciones se formalice es necesario aún que sea formalmente aprobado por el Consejo –este miércoles lo han adoptado a nivel de embajadores y debe pasar por los ministros– y por el Parlamento Europeo.