El 17 de diciembre del 2010 algo cambió. Un joven tunecino llamado Mohamed Bouaziri se inmoló prendiendose fuego en una plaza pública para denunciar numerosas injusticias en su país.
Este hecho, fue el detonante para la ola de revoluciones democráticas que comenzó en su país y que se extendió inmediatamente después al resto del mundo árabe. ¿En qué situación se encuentra cada país?
TUNEZ
Todo empezó allí justo ahora hace un año, el 17 de diciembre de 2010. La autoinmolación de un vendedor callejero al que la policía había requisado el género fue la gota que colmó el vaso y que desató la ira contra 24 años de dictadura de Zin El Abidín Ben Alí.
Meses después de su derrocamiento, el país celebró unas elecciones que, por fin, reunieron las condiciones necesarias para poder calificarlas de “libres”. El nuevo presidente tunecino, Moncef Marzouki, fue elegido tras ser seleccionado por los miembros de la Asamblea Constituyente en virtud del acuerdo de gobierno alcanzado por los islamistas moderados de Ennahda, que se impusieron en las elecciones de octubre, y otras dos formaciones.
Marzouki, presidente del Congreso por la República (CPR), fue elegido por 153 votos a favor del total de 217 escaños que integran la cámara elegida el pasado 23 de octubre. Además, hubo 44 papeletas en blanco, dos abstenciones y tres votos en contra.
Los islamistas de Ennahda, que consiguió 89 escaños, han buscado el apoyo del CPR, que logró 29 representantes, y de Ettakattol, con 20, para formar una administración tripartita.
Bajo este acuerdo, el CPR se ha reservado la jefatura de Estado, Ettakattol la presidencia de la Asamblea Constituyente y el líder de Ennahda, Hamadi Jebeli, el puesto de primer ministro, el de mayor peso en esta etapa de transición.
EGIPTO
Lo ocurrido en el pequeño Túnez repercutió inmediatamente en el país árabe de referencia, Egipto, con más de 80 millones de habitantes. Miles de personas tomaron la plaza Tahrir de El Cairo y, en unas pocas semanas, consiguieron derrocar a Hosni Mubarak después de tres décadas de dictadura.
Una junta militar tomó el relevo el 11 de febrero con el compromiso de conducir el país hacia la democracia. Lo hará en varias fases. La primera son las recientes elecciones parlamentarias del 28 de noviembre para la constitución de la cámara baja a las que seguirán, a finales de enero, las elecciones a la cámara alta o Shura. Después de las legislativas se prevé la redacción de una nueva Constitución y la convocatoria de unos comicios presidenciales.
Hasta el momento, la situación de desconfianza del país está desembocando en nuevas manifestaciones.
YEMEN
El fervor popular y democrático llegó enseguida a Yemen, uno de los países más pobres del mundo árabe. Miles de personas salieron a la calle a finales de enero para exigir reformas después de 32 años de dictadura de Ali Abdalá Saleh. Hasta tres veces se ha comprometido a entregar el poder a cambio de inmunidad y las tres ha dado marcha atrás.
En junio resultó herido de gravedad en un ataque al palacio presidencial y se trasladó a Arabia Saudí para recuperarse. Tres meses después ha regresado al país, donde los enfrentamientos entre sus partidarios y sus detractores amenazan con desembocar en una guerra civil. La muerte en Yemen de uno de los principales jefes de Al Qaeda ha supuesto un alivio para Saleh, que se presenta ante Occidente como un baluarte en la lucha contra el terrorismo integrista.
LIBIA
La mirada del mundo se dirigió enseguida hacia el peculiar coronel Muamar el Gadafi y sus 40 años de dictadura. Y no tardó en ocurrir lo esperado. A mediados de febrero se produjeron incidentes en Bengasi, la segunda ciudad del país y bastión de la oposición.
El número de fallecidos por la represión empezó a contarse por centenares y la utilización de la aviación por Gadafi contra su propio pueblo propició la intervención de Estados Unidos. El conflicto se endureció y la OTAN tomó el mando de las operaciones aéreas a finales de marzo. El apoyo aéreo fue determinante para el avance de los insurgentes, que tomaron la capital, Trípoli, el pasado 24 de agosto.
Finalmente, Gadafi acabó muerto en una alcantarilla el pasado 20 de octubre, en Sirte, su ciudad natal, cuando trataba de huir después de que la ciudad hubiera sido tomada por los rebeldes del CNT.
Después de que el Consejo Nacional de Transición Libia proclamara oficialmente la «liberación total de Libia», el país estudia cómo formar un nuevo Gobierno, y reorganizar las instituciones del país para volver lo antes posible a la normalidad.
SIRIA
La situación de Siria es una de las más complicadas como demostró el veto de Rusia y China a una resolución de condena del Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen de Bashar Al Asad. Este fue nombrado presidente tras la muerte de su padre, Hafed Al Asad, en el año 2000.
Entre los dos suman 40 años de dictadura contra la que empezó a levantarse el pueblo en el mes de marzo. Las manifestaciones fueron violentamente reprimidas enseguida y, según la ONU, más de 5.000 mil personas han fallecido desde entonces según algunas fuentes.
La insurrección se ha extendido hasta la capital, Damasco, y crece por momentos a pesar de la represión y las promesas de reformas realizadas por las autoridades. Una dificultad añadida es que Siria es un actor fundamental en el conflicto de Oriente Próximo. Es aliado de Irán y cuenta con el apoyo tradicional de Rusia. Ejerce una gran influencia en Líbano y una parte de su territorio, los altos del Golán, continúan ocupados por Israel, país con el que mantiene un conflicto latente y permanente.
BAHREIN
Fue el primer emirato del Golfo Pérsico en sufrir el contagio de la “primavera árabe” a pesar de ser un país rico en hidrocarburos. Las protestas comenzaron enseguida en la Plaza de la Perla de Manama, la capital, donde miles de personas pidieron reformas democráticas y fueron reprimidas con la ayuda de Arabia Saudi.
Hubo decenas de detenidos que están siendo condenados a penas muy elevadas. La tensión social continúa en la actualidad y cuenta con un añadido religioso, el país está gobernado por una dinastía suní aunque la mayoría de la población es chií.
ARABIA SAUDÍ
El pasado marzo, el momento álgido de la “primavera árabe”, el rey Abdalá anunció una inyección de 75.000 millones de euros para mejorar los sueldos, la vivienda y la sanidad.
La convocatoria de un “día de la ira” fue un rotundo fracaso que contó, además, con el rechazo de los ulemas en el país árabe más integrista. Para terminar de apaciguar a la población, el rey prometió en septiembre que permitirá a las mujeres votar en las elecciones de 2013.
No pudieron hacerlo en las municipales del pasado 29 de septiembre, que contaron con una escasa participación. Las mujeres tienen prohibido conducir vehículos y una de ellas fue condenada recientemente a diez latigazos por desafiar esa ley. La pena fue conmutada por el rey.
MARRUECOS
Las manifestaciones de protesta comenzaron en febrero y el descontento social del país vecino continúa encauzándolo el denominado “Movimiento 20 de febrero”. La respuesta del rey Mohamed VI fue el anuncio de reformas constitucionales para limitar el poder real que fueron refrendadas en un referéndum celebrado el 1 de julio.
Entre las principales novedades está la creación de un Consejo del Poder Judicial destinado a garantizar la independencia de los jueces y la prerrogativa del primer ministro para disolver la Cámara de Representantes, algo que solo podía hacer el Rey.
El 98 por ciento de los marroquíes votaron favorablemente, con una participación del 75 por ciento aunque los jóvenes que integran el movimiento democratizador han cuestionado estos resultados y apelan a proseguir las movilizaciones. El rey Abdalá es, además, el Comendador de los Creyentes, lo que le otorga un poder incuestionable para muchos marroquíes.
ARGELIA
Centenares de jóvenes tomaron las calles de Argel a principios de enero empujados por los sucesos del vecino Túnez. Protestaban por la subida de los precios de algunos productos básicos, algo que ocurre con cierta frecuencia en el país magrebí.
Los enfrentamientos se han repetido esporádicamente desde entonces, a pesar de las reformas anunciadas en abril, y los enfrentamientos de los ciudadanos con las fuerzas de seguridad han dejado un saldo de varios muertos y centenares de heridos.
El 14 de junio recorrió las calles de Argel la mayor manifestación celebrada en el país desde su independencia en 1962, con la participación de cerca de un millón de personas y violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El país vive en permanente estado de emergencia desde que en 1992 empezó una guerra contra el islamismo radical que ha causado 200.000 muertos. El presidente Abdelaziz Buteflika, en el poder desde 1999, no ha acudido este año a la reunión de Asamblea General de la ONU por motivos de salud.
JORDANIA
Las manifestaciones de protesta provocaron la caída del primer ministro en febrero, así como la aplicación de un subsidio sobre los productos básicos para evitar su encarecimiento y una cancelación de impuestos que calmaron los ánimos de la población.
El rey Abdalá II prometió además una serie de enmiendas constitucionales en agosto que han sido aprobadas recientemente. Entre ellas está la creación de un Tribunal Constitucional y la supervisión de las elecciones generales a través de un órgano independiente.