En 2011 estallaron una serie de revoluciones sociales en los países árabes que lograron revocar las dictaduras de Túnez, Egipto o Libia. En Túnez donde se depuso al dictador Ben Ali; en Libia con la destitución y muerte de Gaddafi y en Egipto con la caída de Mubarak. Todos ellos se observaron con recelo desde algunas partes del mundo, entre ellas China.
Se plantea la posibilidad de que esa apuesta por la libertad y los derechos humanos pudiese repercutir en el aceleramiento de cambios político en China donde el último intento sucedió en 1989 en la plaza Tianamen.
Hubo intentos de protagonizar una revuelta social. Experimento fallido que chocaron con la maquinaria de censura y represión del Partido Comunista de China. Según explica la publicación especializad ZaiChina, el Partido Comunista, “se tomó en serio las protestas en los países árabes”. Prueba de ello fue que durante los primeros meses de 2011 “se sometió a arresto domiciliario a unos 100 abogados y defensores de los derechos humanos. En las 13 ciudades en las que se convocaron manifestaciones aumentó la presencia policial, lo que muestra que el Gobierno sabía lo que estaba pasando y se pudo anticipar a cualquier conflicto importante. Otra muestra es que la página web de Boxun fue atacada y estuvo inoperativa durante varias horas; en la actualidad funciona temporalmente en otro servidor».
Occupy Central with Love and Peace, al calor de las protests de 2011
Las movilizaciones han sido organizadas por activistas prodemocráticos del grupo Occupy Central with Love and Peace (Ocupa el Centro con Paz y Amor), conocido como Occupy Central, surgido al calor de las protestas mundiales del 15 de octubre de 2011 propiciadas por la Primavera Árabe, las protestas griegas o el 15-M español.