El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha advertido este domingo de que la violentísima represión efectuada por las autoridades hacia las protestas que han sacudido esta semana el país es solo "un aperitivo de lo que se avecina" si los manifestantes deciden repetir sus marchas.
La subida del precio del combustible por parte del Ejecutivo zimbabuense ha sacado a la calle desde principios de semana a miles de personas y desencadenado una ola de disturbios que, según el balance oficial, ha dejado ya tres muertos. Las ONG, sin embargo, temen que la cifra real sea mucho mayor.
"No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras esta clase de intereses tan cortos de miras se desarrollan con tanta violencia", ha declarado el portavoz presidencial, George Charamba.
"La respuesta que han visto hasta ahora es solo un aperitivo de lo que se avecina", ha añadido Charamba, de gira por Azerbaiyán con el presidente Mngangawa.
APAGANDO NEUMÁTICOS CON LAS MANOS
Este mismo domingo, el diario zimbabuense 'The Herald' señala que tanto el Ejército y como la Policía usaron munición real para dispersar a los manifestantes.
Según sus testimonios, las fuerzas de seguridad apalearon y acosaron a los concentrados a plena luz del día antes de protagonizar redadas nocturnas en ciudades y pueblos de todo el país.
Varios afectados por la represión han descrito tácticas brutales por parte de los militares. "Los residentes fueron rodeados por soldados que estaban armados con pistolas, fusiles y látigos y obligados a apagar con sus propias manos los neumáticos ardiendo que funcionaban como barricadas", según un civil identificado únicamente como John.
"Tratamos de resistirnos, pero nos golpearon con cadenas de motos hasta que acabamos cediendo. No puedo explicar el dolor. ¿Imagina lo que es tener goma derretida en nuestras manos? Ya no tengo piel en la palma de la mano ", ha declarado al diario 'The Standard'.