«La violencia en Kaduna, que ha dado lugar a la muerte de 55 personas inocentes, es condenable», ha declarado Buhari a través de su cuenta oficial de Twitter.
«La Policía ha sido autorizada para hacer todo lo posible para restablecer la calma. Se ha desplegado una fuerza de intervención especial en los puntos conflictivos y se darán a conocer actualizaciones periódicas», ha indicado.
El escenario de los enfrentamientos es la localidad de Kasuwan Magani y, de acuerdo con el partido gobernante en Nigeria, el APC, se han producido entre comunidades cristianas y musulmanas.
«La indiferencia por la santidad de la vida humana es inaceptable La violencia es un viento que no trae nada bueno a nadie. Apelo a los líderes comunitarios y a los ciudadanos para que siempre escojan el diálogo, la paciencia y la tolerancia, para evitar que la crisis se agrave», ha añadido el mandatario.
Cientos de personas han muerto en lo que va de año por los choques religiosos en Nigeria. El país, con una fractura entre el norte, de mayoría musulmana, y el sur cristiano, sufre además el terrorismo de Boko Haram, que pretende imponer un Estado islámico. A ello hay que sumar las tensiones entre los más de 250 grupos étnicos y tribales.
En este contexto, la seguridad se ha convertido en uno de los ejes de la campaña para las elecciones presidenciales del próximo año, en las que Buhari, que llegó al cargo prometiendo pacificar el país, aspira a un segundo mandato.