Este próximo lunes se cumplen 100 años desde que se iniciara la Primera Guerra Mundial también conocida como la «Gran Guerra», que tuvo lugar en 1914. Entonces todas las potencias mundiales se implicaron en el conflicto, por un lado la Triple Entente, Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso y por otro la Triple Alianza, con las potencias centrales de Austria Hungría y el Imperio Alemán, aunque en un principio también estaba Italia. En una entrevista que recoge hoy el diario El País, Strobe Talbott, presidente del Laboratorio de Ideas del Brookings Institution, habla de los paralelismos existentes entre el periodo de 1914 de la «Gran Guerra» y el de 2014, cuando cuenta que hace un año no existían tantas tensiones internacionales y que aunaban a distintas potencias mundiales.
Lo cierto es que el mundo tiene una serie de frentes abiertos, por un lado está el conflicto que mantiene Rusia con Ucrania y que recientemente se ha visto agravado por el derribo del avión de Malaysian Airlines en territorio ucraniano. Estados Unidos declaró el pasado viernes que considera que Putin «es el culpable de la tragedia». Así lo declaraba en Washington Josh Earnest, uno de los portavoces de la Casa Blanca, a raíz de las sospechas de que el fatal incidente tengan que ver con los rebeldes prorrusos, apoyados por la administración Putin. «Esos separatistas, que están respaldados por los rusos, recibieron entrenamiento para usar esos sistemas, incluidos sistemas antimisiles y, según informes en las redes sociales, esas armas incluyen el sistema SA-11″, afirmó Earnest. Donetsk y Lugansk son los dos puntos calientes en el Este de Europa en estos momentos, y los continuos ataques entre milicianos prorrusos y los partidarios del Gobierno de Kiev no cesan un día.
De hecho la misma Unión Europea se enfrenta a la decisión de si debería sancionar a Rusia económicamente, y de condenar con firmeza los sucesos que se produjeron con el derribo del vuelo MH17. Desde que se inciase la Guerra Civil en el Este de Ucrania se han producido más de 100.000 desplazamientos de desplazados ucranianos en Rusia y en torno a 19.000 personas que se han desplazado de manera interna en el Este de Ucrania.
Irak y Gaza, los puntos de tensión de Oriente Medio
El conflicto árabe-israelí, que ya se halla en la tercera ofensiva de su historia desde que se reiniciaran las hostilidades en 2008 con «Plomo Fundido», es uno de los que más despierta la preocupación de la comunidad internacional. Y el mundo ha intensificado tanto sus miedos por este hecho como sus protestas para que finalice con una tregua. De hecho Estados Unidos, de la mano de las declaraciones de John Kerry, la ONU, con la denuncia de la violencia que ejerció Navi Pillay, Alta Comisionada para la Defensa de los Derechos Humanos, y otros mandatarios a nivel internacional dirigen sus miras hacia el área de la Franja. Un territorio en el que viven 1,8 millones de personas que se hallan en una ratonera sin salida, ante el endurecimiento de la tragedia.
España, Francia, Alemania, cualquiera de los países de la Unión Europea han denunciado la extrema situación humanitaria que se vive en Gaza. Como ocurriera en 1914 el mundo occidental y el mundo oriental están implicados en los conflictos que se desarrollan a lo largo del globo y, unos países más que otros guardan una serie de intereses diplomáticos y económicos o de incremento de su fuerza.
En Irak la situación para los cristianos y la misma población autóctona también ha disparado las alertas y se posiciona como otra más dentro de la escalada de la violencia a nivel internacional. Isis es la nueva amenaza para el mundo, con el establecimiento del llamado Califato Islámico dentro de las fronteras de Irak. Los cristianos de Mosul han recibido numerosas sentencias de muerte y la población civil sufre constantes violaciones de los derechos humanos, pues se producen ablaciones, crucifixiones y ejecuciones en masa. Con respecto al incremento del terror en Ira. Talbott en la entrevista concedida a El País se refiere a Oriente Próximo como uno de los focos calientes que hay que tener en cuenta, pues apunta a la disolución de las fronteras establecidas tras la Segunda Guerra Mundial.