El peronismo se explica como una forma de liderazgo fuerte y carismático. Desde 1945 se debate sobre cuál es su definición y todavía hoy es difícil responder a esa cuestión. El historiador e investigador principal del Conicet UBA, Luis Alberto Romero, escribe en el diario argentino La Razón sobre esta cuestión. “Demasiado compleja para resolverla con un sí o un no. No existe un programa, una idea o siquiera un sentimiento. Tampoco hay una organización, sino muchas, que compiten y acuerdan. Lo que sin dudas existe es un espacio común, más cultural que político, donde propuestas y liderazgos comparten valores, lenguajes, eslóganes, guiños y sobreentendidos que eventualmente facilitan la articulación. Ese espacio común es el peronismo”.
En otro artículo, el analista de Infolatam, Rogelio Núñez, asegura que “lo hay de izquierdas y lo hay de derechas. A veces asume formas sindicalistas y otras claramente proempresariado. Puede ser neoliberal o muy intervencionista. Y siempre es populista y personalista”.
El origen de esta corriente es Juan Domingo Perón, figura clave en la historia argentina. Perón tenía el grado de coronel y consiguió dirigir su vida militar hacia la esfera política. El analista, Rogelio Nuñez explica que “hay que tener en cuenta que a diferencia de otros movimientos logró superar la derrota y no desapareció cuando su líder perdió el poder (1955) o cuando murió (1974). Consiguió permanecer y regresar al poder en 1973, con Perón tras un exilio durante de casi 20 años, y en 1989 ya sin la presencia del líder carismático.
Desde el punto de vista ideológico, defiende los derechos de los trabajadores, impulsa la industria nacional y crea un movimiento político que continúa vigente. Se organiza primero como Partido peronista y posteriormente como Partido Judicialista. El nombre de justicialista está relacionado con los dos brazos del movimiento, que son la justicia social y la ayuda social.
¿Por qué ha conseguido perdurar?
Pero ¿por qué ha conseguido este movimiento de masas perdurar a lo largo de los años?. Dos circunstancias están detrás del éxito de todos sus protagonistas. Por un lado, el carisma de sus líderes y por otro el apoyo en movimientos políticos de amplio espectro ideológico.
Así, cuando en 1973 Perón llegaba como salvador, en 1989 el Estado colapsaba y se echaba en brazos de Carlos Menem, algo parecido a lo que ocurrió en 2003 con Néstor Kirchner. El peronismo ha sobrevivido y se ha hecho imprescindible para garantizar la gobernabilidad”, asegura Núñez.
La alternancia ideológica también ha sido parte de la definición del peronismo.”Ha sido neoliberal y de izquierdas sucesivamente, lo que demuestra que lo que une a esta fuerza no es una ideología”, subraya el experto.
Para transformar las estructuras de una sociedad debe tener tres componentes: el pueblo, la doctrina y el conductor. Si alguno de estos tres componentes falla ninguna acción podrá perdurar en el tiempo. ¿Qué ocurre cuándo el líder entre en decadencia? Los liderazgos desaparecen. Tal y como sugiere el analista Rogelio Núñez, ¿dónde está hoy el menemismo?
Precisamente, en los próximos dos años veremos es cambio de liderazgo en el que se prevé la decadencia del kirchnerismo frente al surgimiento del sciolismo y el massismo con el reagrupamiento de uno u otros movimientos sociales que dará lugar a un nuevo movimiento peronista.