El papa Francisco dirigió este domingo tras el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro un saludo y dio ánimos a las asociaciones en «defensa y promoción de la vida».
En su mensaje, recordó que hoy la Iglesia católica celebra en Italia la Jornada de la vida, bajo el tema «Generar futuro».
«Saludo y doy ánimos a las asociaciones, movimientos y centros culturales comprometidos en la defensa y promoción de la vida», dijo el papa, quien añadió que «cada hijo es rostro del Señor amante de la vida y don para la familia y la sociedad».
Francisco instó a que «todos, en su propio ámbito, se sientan llamados a amar, servir a la vida, acogerla, respetarla y promoverla, especialmente cuando es frágil y necesita atención y cuidados, desde el vientre materno a su final en esta tierra».
El papa ya había enviado un mensaje de apoyo a la «marcha por la vida» que se celebró en Washington y en París y en uno de los mensajes en su cuenta de la red social Twitter había deseado: «Que Dios nos ayude a respetar toda la vida, especialmente los más vulnerables».
El papa celebró misa por los religiosos de todo el mundo
Antes, el papa Francisco celebró en la basílica de San Pedro una misa en ocasión de la celebración de la Jornada de la Vida Consagrada y en su homilía recordó la importancia del encuentro entre los jóvenes y los ancianos.
La Iglesia católica celebra este domingo la llamada Fiesta de la presentación del Señor o «fiesta del encuentro», en la que se recuerda el día en el que María y José llevaron a Jesús al templo por primera vez y encontraron a los ancianos Simeón y Ana.
El papa presidió hasta la basílica una procesión de 50 religiosos, 25 mujeres y 25 hombres que representan a varias congregaciones de todo el mundo.
Esta celebración inicia además los actos de este año que la Iglesia dedicará a la «Vida Consagrada», convocado por el papa Francisco el pasado 29 de noviembre.
En su homilía el papa argentino recordó a los religiosos » la alegría de ser guiados por el Espíritu» y les pidió que caminen «nunca rígidos, nunca cerrados, siempre abiertos a la voz que Dios que habla, que abre, que conduce».
Al poner como ejemplo el encuentro de Jesús con los ancianos, Francisco destacó que «les hará bien a los ancianos comunicar la sabiduría a los jóvenes, y a los jóvenes recoger este patrimonio de experiencia, de sabiduría y llevarlo hacia adelante por el bien de las respectivas familias religiosas de toda la Iglesia».