Siete civiles palestinos –tres mujeres y 4 menores- murieron en los ataques registrados esta madrugada al impactar tres misiles israelíes en sus casas en la ciudad de Jan Yunes, en el sur de Gaza, con los que ascienden a más de 76 los muertos en la operación militar israelí «Borde protector», que hoy entra en su tercera jornada.
El número de heridos palestinos supera los 400, según fuentes sanitarias locales.
La pasada noche Israel bombardeó en una ofensiva conjunta que se desarrolla por aire y mar 108 blancos en la Franja, con los que suman ya 750 los objetivos alcanzados, según un comunicado del Ejército israelí.
Entre dichos objetivos figuran tres milicianos de la Yihad Islámica en un operativo lanzado a primera hora del día y que supuestamente están involucrados en la manufactura de cohetes de medio alcance.
Por otra parte, el Ejército israelí cifra en aproximadamente 360 los cohetes de distinto alcance disparados desde el territorio palestino contra Israel, de los cuales 255 impactaron en este país y aproximadamente 67 fueron interceptados por las baterías antimisiles del sistema «Cúpula de Hierro».
De momento, los ataques de los milicianos palestinos desde Gaza no han provocado víctimas mortales, aunque sí decenas de casos de israelíes que han tenido que ser atendidos por los servicios médicos por ataques de ansiedad y pánico.
Las sirenas se volvieron a activar esta mañana en la ciudad de Tel Aviv, y de acuerdo al Ejército israelí un cohete fue derribado en pleno vuelo por las baterías antimisiles desplegadas en la zona
La ofensiva tras varios días de tensiones
La ofensiva israelí ha llegado tras semanas de tensiones catalizadas por el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en los alrededores de Hebrón. Durante los días siguientes las fuerzas de seguridad de Israel lanzaron una operación de búsqueda en la que murieron nueve civiles palestinos en Cisjordania, así como varios más en intercambios de disparos en la Franja de Gaza.
La situación se deterioró después de que un adolescente palestino fuera secuestrado y quemado vivo en el Bosque de Jerusalén por un grupo de israelíes que presuntamente actuaron en venganza por el suceso previo. Al menos tres de los seis detenidos han confesado haber participado en el asesinato.
Finalmente, el martes se inició la operación »Borde Protector» contra Hamás, al que Israel acusa de estar detrás de la muerte de los tres jóvenes israelíes, si bien la formación lo ha negado y Tel Aviv no ha aportado pruebas que respalden sus acusaciones. La autoría del suceso fue reclamada por el brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.