«Tiene una importancia simbólica», explica Barah Mikaïl, experto en Oriente Medio. «Aunque es demasiado pronto para ver una ola de validación de ambas ideas: muy pocos países quieren adoptar una decisión en contra del Estado Israelí», explica. Las relaciones entre Israel y Europa son demasiado importantes para decisiones a mayor escala, explica, pero las dos acciones europeas tomadas este miércoles, pese a no ser del todo decisorias, muestran una tendencia dentro del seno europeo.
El reconocimiento de Hamás no como grupo terrorista, por ejemplo, respondería a un deseo de mayor diálogo: «podría cambiar la posición del gobierno y tener así más motivos para hablar con Hamás o enviar delegaciones de forma oficial». Desde 2006 ha habido conversaciones, explica, entre Europa y Hamás, pero esta decisión abre la vía »oficial»: se hacían de forma discreta, y la decisión del Tribunal General de Europa podría abrir la vía a »oficializar» la relación.
Estas decisiones son una »victoria» de la diplomacia palestina, explica el experto: «Hemos visto una activación a nivel palestino para pedir a los gobiernos europeos que inicie pasos hacia el reconocimiento de un estado palestino. En los últimos años, por ejemplo, con el reconocimiento de un puesto como observador en la Asamblea General de la ONU, así como la decisión de permitir a los palestinos un asiento en la Unesco».
Pero no todo es diplomacia, «también hemos visto como las operaciones israelíes en territorios palestinos se han llevado más críticas por parte de muchos gobiernos europeos», llevando al cansancio tras décadas de conflicto interminable, «algo que está provocando una nueva configuración, en la que se ve que el mantenimiento del statu quo convence cada vez a menos» explica.
Tampoco hay que perder de vista el mero valor simbólico de las acciones: «no tenemos que perder de vista que es una moción que dice lo que ya dice la ONU y muchos estados: al final son necesarias negociaciones para alcanzar un proceso de paz en la cual podamos ver dos estados coexistiendo en paz», cuenta.
Pero no parece que la posición europea vaya a cambiar la política israelí: «va a provocar más frustración en los rangos de los extremos israelíes», y tampoco la del primer ministro. «Netanyahu está más cerca de los extremos, de la derecha que de los grupos que creen en la creación de un estado palestino. Van a criticar estas ideas europeas, desde la extrema derecha, la más conservadora, pero también desde la izquierda», explica. «No tendrá tanta importancia como la tendrá después del posicionamiento americano: al final es Washington el actor fuerte».
Una decisión europea irresponsable, según israelíes
«La única importancia real», explica Fernández «es que demuestra una actitud general de »tolerancia» y pérdida de brújula en ara de unos dogmas políticamente correctos que se supone, conducirán a la paz», explica Daniel Fernández. «Es un fracaso de la diplomacia israelí», recalca, «¿Consecuencias reales? Esta calificación de Hamás será temporal, y el reconocimiento del Estado Palestino es más »fanfarre» para perder el tiempo, no es reflejo de una verdadera declaración de intenciones», cuenta Fernández, «un estado palestino no puede ser impuesto unilateralmente».
A Fernández no le parece que este movimiento europeo sea una decisión correcta: «lo más triste» de esta decisión, en su opinión, «es que demuestra una irresponsabilidad y una falta de conexión con la realidad». Respecto a Hamás, y la petición para que no se le incluya en la lista terrorista, «volverá a la situación inicial. El origen de esta decisión puede deberse a está en el gobierno», cuenta, recalcando que Europa sigue mandando dinero al gobierno palestino, y hacerlo a una organización calificada por ellos mismos como terrorista no es una situación cómoda para el ente continental.
La razón está en el fracaso diplomático israelí, pero también a la fuerte presión palestina: «Hay un incremento de presiones por parte de la diplomacia palestina y también por parte de otros países del entorno. Hay ciertas campañas en las que se está moviendo dinero. No es ningún secreto que Qatar, que es un país que apoya y financia el terrorismo, está enviando muchísimo dinero para este tipo de cosas», narra.
«Mientras la diplomacia palestina está consiguiendo sus frutos, la diplomacia israelí está demostrando una inoperancia total, está obteniendo fracasos. También es cierto que es más fácil asumir el discurso palestino». Los medios de comunicación, según Fernández, «han educado al público para asumir según que cosas como correctas. Pero no se piensa en las consecuencias. Se actúa de una manera que parece la manera correcta de actuar pero no es así», explica.
«A los políticos les da igual las consecuencias, lo que les importa es el titular políticamente correcto. Si pensasen realmente en las consecuencias se elegirían otras estrategias. por ejemplo, no mandaría dinero indiscriminadamente, sino controlarían en qué se gasta ese dinero. Esa es una de las razones por las que no se alcanza la paz. Si el dinero estuviera supeditado a la construcción de hospitales, a la construcción de colegios, a planes educativos que no estén basados en el odio a Israel y el odio a los judíos», cuenta. «Si se controlase, en vez de enriquecer a los corruptísimos líderes palestinos, sería un avance a la paz».
Para llegar a un acuerdo de paz, añade Fernández, lo único que falta es la actuación real por parte de Palestina y sus líderes. «A Israel no le hace falta nada», recalca, «le hace falta que los palestinos se sienten a la mesa a negociar y negocien de verdad. Si Israel está dispuesto a asumir los dos estados, porque no hay otra, hay un plan de ruta perfectamente definido y se llegará al intercambio de territorios que sea necesario para que haya la paz. Hay unos precedentes muy claros: en el 69 en presidente de Egipto firmó la paz con Israel y en ese mismo momento se le devolvió el Sinaí, que es un territorio más grande que toda Israel y que tiene petróleo». «Lo que hace falta es negociar sin condiciones y no levantarse a la menor excusa», recalca.