El viernes, el coche de Terence Crutcher, un joven negro de Oklahoma, se quedó tirado en la autopista a la salida de una clase de música en la universidad de Tulsa. La policía, al llegar a la escena y según las imágenes grabadas por los agentes, ordenó a Crutcher que vuelva al vehículo a punta de pistola. Con las manos levantadas, Crutcher fue disparado por la policía y murió en el hospital.
Esta es la historia que cuenta el diario estadounidense Quartz sobre un nuevo caso de lo que parece ser violencia policial racial en Estados Unidos. Los últimos datos del Washingon Post indican que en lo que va de año, de las 697 personas que murieron a manos de la policía en EEUU, 171 eran afroamericanos, 79 eran latinos, 46 desconocidos, 23 de otras ascendencias y unos 230 blancos.
En 2015, según estos mismos datos, de las 990 personas muertas por actuaciones policiales, justificadas o no, 258 eran negros y 172 latinos.
Nuevo caso en Oklahoma
Este último suceso con el joven Terence Crutcher se conoce ahora que el Departamento de Policía ha difundido el vídeo que fue grabado desde un helicoptero de la policía. Este video ha salido a la luz después de que la familia del joven asesinado lo viese.
Este caso salta después de los tiroteos grabados a hombres y jovenes negros desarmados en Ohio, Minnesota y Cleveland y de las protestas de la comunidad afroamericana por la brutalidad policial.
En abril, un policía voluntario asesinó a otro hombre negro desarmado en el propio Tulsa, la ciudad donde Crutcher fue disparado, y fue sentenciado a cuatro años de prisión por homicidio involuntario.