El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, ha confesado su propósito de efectuar un referéndum en el otoño de 2014. Esta propuesta se opone a las advertencias del primer ministro británico, David Cameron de que es necesaria la aprobación por parte del Gobierno del Reino Unido. De no ser así, Salmond podría enfrentarse a una batalla en los tribunales, tal y como recoge el diario ‘The Guardian’.
Salmond ha admitido que podría aceptar una negociación, siempre y cuando no conlleve ningún tipo de condición sobre las condiciones de legalidad del referéndum. Las impresiones de Salmond en la cadena Sky News sobre el referéndum apuntan a que la fecha será clave para que los ciudadanos escoceses “puedan expresar sus argumentos”.
El primer ministro escocés ha dejado claro que su intención es que la consulta popular se apruebe en Escocia y sus condiciones se determinen en este territorio.
Por otra parte, el líder del Partido Laboral escocés, Johann Lamont, cree que el territorio merece «algo mejor” y ha acusado a Salmond de “llevar en secreto el proyecto de independencia” sin contar con el Parlamento de Escocia.
Defiende la legalidad
Salmond defiende que Escocia tiene competencia legal para organizar su propio referéndum sobre independencia en 2014. «Tiene que ser un referéndum hecho en Escocia y decidido por el pueblo escocés», ha declarado a la BBC.
Por su parte, el Gobierno británico desearía que la consulta se celebrara «más pronto que tarde», alegando que la incertidumbre que rodea la cuestión del referéndum está teniendo un impacto negativo en la economía escocesa.