Más de 200.000 víctimas mortales, nueve millones sin hogar, tres millones se han refugiados fuera del país y el resto son desplazados dentro de sus propias fronteras. Son las cifras de la guerra civil en Siria que ha provocado la mayor crisis humanitaria de los últimos 20 años. Mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado, alrededor de 3,3 millones de refugiados que viven en los países limítrofes y se preparan para otro invierno muy duro.
El Líbano, país con 4,5 millones de habitantes, acoge ya a más de un millón de sirios. Le sigue Turquía que acoge a poco más de un millón de sirios huidos del conflicto sirio y más recientemente por el acoso del Estado Islámico. Jordania cuenta con 619.000 sirios en sus fronteras. Irak, con 222.400 y Egipto 140.200 personas. Se calcula que cerca de la mitad de la población siria, unos once millones han abandonado sus hogares desde que estalló el conflicto civil, una dramática situación que con la llegada del invierno se prevé sea todavía más dura.
Tommaso Della Longa, responsable de comunicación de Cruz Roja Internacional, asegura www.teinteresa.es que es “sorprendente que los países limítrofes sigan abriendo sus fronteras a los sirios, a pesar de que el flujo de personas sume ya tres años consecutivos.”
No obstante, los choques entre precio de la vivienda, en los salarios y el aumento de precios de primera necesidadlos países de acogida y la población siria empiezan a producirse en algunos países que ven cómo la llegada de refugiados influye en el . Sin embargo estos enfrentamientos siguen siendo minoritarios y los países vecinos están demostrando un gran sentido de la responsabilidad.
Europa también ha recibido solicitudes de asilo desde el comienzo de la guerra en 2011. Según datos de Acnur, los 28 países recibieron un total de 144.632 solicitudes, una cifra pequeña en comparación con los países vecinos. Los países con mayores solicitudes fueron Suecia y Alemania, con 22.404 y 18.610, respectivamente
Siria se prepara para su tercer invierno en medio de bombardeos y enfrentamientos. Familias enteras viven en una sola habitación, en un refugio temporal en medio de campos de cultivo o las montañas. Con la llegada del invierno, el frio es el nuevo enemigo de los refugiados que ya empiezan a acondicionar sus viviendas para la llegada de las bajas temperaturas que durante la noche se sitúa en valores negativos.
“El plan de invierno está en marcha”, explica a www.teinteresa.es Rosa Montero, responsable de Acnur. El invierno sirio trae fuertes lluvias, viento y barro. “Empezamos a repartir lonas, ropas térmicas”. También, Unicef inició a distribución de 185.000 paquetes para niños y jóvenes para el invierno, que incluyen chamarras, zapatos, calcetines, gorras y guantes.