Más de 180 millones de personas carecen de agua potable en zonas afectadas por «conflictos, violencia e inestabilidad». Así lo ha denunciado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que añade que es una situación que favorece la propagación de enfermedades que pueden llegar a ser mortales en los países donde, a esta situación, se añade la falta de recursos y sistemas sanitarios favorables.
La ONU estima que durante el año 2015, un total de 484 millones de personas vivían en lo que denominan “entornos frágiles”; de estas, unas 183 millones carecían de agua potable. Tal y como revela un estudio reciente de UNICEF en colaboración con la Organización Mundial de la Salud «las personas que viven en contextos delicados tienen cuatro veces más probabilidades de carecer de agua potable”.
“El acceso de los niños a agua y saneamiento seguros, especialmente durante un conflicto o una emergencia, es un derecho, no un privilegio” ha asegurado Sanjay Wijesekera, responsable de la organización en asuntos relacionados con agua, saneamiento e higiene, en el marco de la Semana Mundial del Agua.
En las zonas de conflicto más críticas, “los sistemas de agua y saneamiento han sido atacados, dañados o dejados en mal estado al borde del colapso en demasiadas ocasiones. Cuando los niños no tienen agua potable y cuando los sistemas de salud están en ruinas, la desnutrición y enfermedades potencialmente mortales como el cólera llegan inevitablemente”, asegura Wijesekera.
Somalia y Sudán del Sur, los países más frágiles
Según la lista que actualiza la ONU y el Banco Mundial, Somalia y Sudán del Sur son dos de los países que se encuentran en una situación crítica frente al problema del agua y saneamiento en sus instalaciones sanitarias.
En Sudán del Sur, donde los combates duran ya más de tres años, casi la mitad de puntos de agua de todo el país han sido dañados o completamente destruidos. «He visto mucho en los últimos siete años, y las cosas están empeorando. Nuestra mayor preocupación ahora es proporcionar acceso al agua potable a la población más vulnerable. En algunas áreas solo podemos llegar a nado» afirmaba hace unos meses la oficial de emergencias de Oxfam Intermon en el país, Kenyi Alison.
Desde que estalló el conflicto en el país, más de 3,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la guerra, de estas, 1,8 han buscado refugios en países de alrededor como Etiopia, Kenia, Sudán y Uganda.
En Somalia, la situación continúa siendo crítica. Para la ONU es el país más frágil según el índice de cálculo. La crítica situación del país no solo se traduce en el complicado acceso al agua o los malos sistemas sanitarios, según la FAO, el 92% de los somalíes se encuentran al borde de la hambruna en las zonas rurales. La situación en los últimos dos meses se ha complicado gravemente debido a la sequía que sufre el país.
Al elevado número de muertes, se suma que más de 700.000 personas han tenido que huir de sus casas en menos de un año; y en los últimos tres meses, el número de somalíes que sufre inseguridad alimentaria en las zonas rurales ha llegado a siete millones.
Yemen, Siria y Nigeria en el punto de mira
Yemen, Nigeria y Siria son otros tres casos donde la crisis humanitaria alcanza niveles más graves cada día. Yemen y Siria continúan en plena guerra civil, a lo que hay que añadir la presencia de grupos terroristas en algunas zonas del país. En las zonas nortes de Nigeria, el grupo terrorista Boko Haram sigue sembrando el terror.
Yemen sufre el impacto de más de dos años de conflicto, y las redes de suministro de agua que dan servicio a las mayores ciudades del país están en riesgo inminente de colapsar debido a los daños ocasionados por la guerra y al mal estado en que se encuentran. Unos 15 millones de personas sufren cortes regulares en el suministro de agua y saneamiento.
En Siria, donde el conflicto está inmerso en su séptimo año, unos 15 millones de personas necesitan agua segura, entre ellas 6,4 millones de niños. El agua ha sido utilizada frecuentemente como arma de guerra: solo en 2017, hubo al menos 30 cortes de agua deliberados en Alepo, Damasco, Hama, Raqqa y Dara, con sistemas de abastecimiento destruidos y fuentes de agua contaminadas.
En zonas del noreste de Nigeria afectadas por el conflicto, el 75% de la infraestructura de agua y saneamiento ha sido dañada o destruida, dejando a 3,6 millones de personas sin ni siquiera servicios de agua básicos.