El trabajo infantil sigue siendo una vergüenza para el mundo, sobre todo en sus peores y peligrosas formas. Nada menos que 85 millones de niños entre 5 y 17 años se ven obligados a trabajar de forma brutal.
Prostitución, niños solados, esclavitud en servicios domésticos, minas, pozos de extracción, plantaciones de algodón, cacao o tabaco en las que e utilizan grandes machetes… son algunos de los ‘empleos’ a los que se ven sometidos los pequeños.
Un informe publicado por el departamento de Trabajo de Estados Unidos, basado en datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otras organizaciones mundiales, denuncia que todavía hay 165 millones de niños sometidos a trabajar en el planeta, ya sea por necesidad de la pobreza u obligación de sus captores.
El informe se realiza anualmente bajo los términos de una ley aprobada en el año 2000 que exige al organismo determinar cuáles países son elegibles para beneficios comerciales de parte de Estados Unidos. Estos beneficios se niegan a los países con las peores prácticas de trabajo infantil.
Los expertos aseguran que desde el año 2000 estos datos se han reducido en unos 78 millones, aunque todavía queda mucho por hacer hasta reducirlo a cero. El informe insta a las autoridades de los países de Asia, Oriente Medio, Latinoamérica y África a seguir tomando medidas para acabar con esta práctica que impide un desarrollo infantil normal.
La mayor parte de este avance se logró entre 2008 y 2012, cuando la estimación global del número de niños en trabajo infantil disminuyó en 47 millones, pasando de 215 a 168 millones, y el número de niños en trabajos peligrosos se redujo en 30 millones, pasando de 115 a 85 millones.
Reduciendo la pobreza y escolarizando a los niños se reduce el trabajo infantil al igual que si se apoya a las familias con problemas económicos. Este estudio resalta que algunos de los instrumentos de protección social pasan por ayudas económicas a familias en riesgo de exclusión, mejorando la seguridad de ingreso, la escolarización o controles médicos. También las inspecciones de trabajo y la condena de aquellos que utilicen a niños para trabajar.
Los países que encabezan la lista de «ningún avance» en el último año en las prácticas de trabajo infantil incluyen a las Islas Vírgenes Británicas, República Centroafricana, República del Congo, Islas Cook, Eritrea, Islas Malvinas, Montserrat y la isla de Norfolk.