Se cumple un mes de las protestas pacíficas que iniciaron los estudiantes de este país, hartos de que Venezuela se haya convertido en uno de los países más inseguros del mundo, en el que el desabastecimiento provoca largas colas y en el que los ciudadanos están desesperados por la crítica situación del país latinoamericano.
En la estrategia de calle también se cuentan aparatosos choques cotidianos -que ya cansan a los vecinos- de pequeños grupos de encapuchados que se enfrentan con piedras y bombas incendiarias a las fuerzas del orden en la zona este, feudo de la oposición, y que evocaron algunas escenas de la «primavera árabe».
Para el politólogo John Magdaleno, la protesta se mantendrá «pero con menor intensidad», ya que los reclamos que la han alimentado no han sido resueltos, pero es «muy prematuro hablar de la caída del gobierno».
La mala situación económica detrás de las protestas
Uno de los miotivos que ha empujado a la osposición a la calles es la mala situación económica. El Fondo Monetario Internacional adviertió sobre los difíciles problemas económicos que atraviesa el país sudamericano. “No creo que la economía venezolana esté bien”, así de rotunda se expresó la gerente del Fondo Monetaria Internacional, Christine Lagarde, en una entrevista con CNN.
Dice que este organismo no dispone de informaciones actualizadas sobre la situación económica del país porque Venezuela se opone desde 2006 a hacer público sus balances económicos. “Nuestro conocimiento e interpretación de los números de Venezuela están basados fundamentalmente en la información disponible, no en discusiones profundas con las autoridades«, dijo Lagarde.
De acuerdo con el Banco Central Venezolano, la inflación anualizada en el país se ubicó en 54,3% en octubre, mientras que en lo que va de año acumula 45,8%, contra un pronóstico inicial del gobierno de entre 14% y 16%.
Según estimaciones oficiales, el país sudamericano, con las mayores reservas petroleras del mundo, cerrará 2013 con un crecimiento de entre 2% y 3%, pero el Fondo estima una tasa de 1%.
También las reservas internacionales, que son los recursos financieros con los que cuenta el país para garantizar los pagos de los bienes que importa, se han reducido desde el mes de enero. Así, tal y como recoge el portal especializado www.dolartoday.com han pasado de lo casi 29 millones de dólares a 20,9 millones de dólares. Estas reservas provienen principalmente las exportaciones de petróleo de la PDVSA.
La oposición ya tiene dos caras y sigue tan fragmentada como siempre
Un mes de protestas estudiantiles han revelado que la oposición ya tienes dos caras y está tan fragmentada como siembre. La oposición durante años ha buscado en las urnas un cambio político. Para ello la oposición siempre ha optado por unirse para tener más representación.
Henrique Capriles fue durante años la cara visible de una oposición resquebrajada pero dispuesta a articularse en torno a un solo proyecto. Esos tiempos han pasado. La inseguridad, el desabastecimiento y la crisis económica empuja a otros líderes a abandonar ese discurso moderado a favor de un discurso más pasional y emotivo. Para muchos Henrique Capriles ya perdió el liderazgo y tiene sustituto, el ex alcalde de Chacao Leopoldo López.
Mientras Capriles insiste en lanzarse a la calle y en no alimentar las manifestaciones, Leopoldo López, acusado de terrorismo, se entrega al calor de las masas, llama a salir a las calles y no poner fin a las protestas.
¿Qué les diferencia? López ha hecho de la calle su altavoz político. Desde abril de 2002, ha liderado las manifestaciones opositoras. En aquel momento, derivaron en un golpe de estado que sacó brevemente del poder al entonces presidente Hugo Chávez. Leopoldo sabe que puede. Ahora, sus llamada es protestar en las calles para forzar «La Salida» del gobierno le Maduro.
Por su parte, Capriles prefiere burlar la censura televisiva reinante en Venezuela y cuenta con un espacio televisivo en la red para trasmitir sus discursos. Se llama “Venezuela somos todos” y se emite a través de la web www.capriles.tv
Un mes después de los enfrentamiento, los opositores siguen igual. Tienen causas e intenciones comunes pero no se ponen de acuerdo en cómo derrocar al régimen autoritario de Nicolás Maduro.