«Los civiles llegan con heridas de todo tipo. Te puedes encontrar con casos en los que tienen heridas mútiples en el tórax y en el abdomen. Si vienen cinco personas a la vez tienes que decidir sobre la prioridad de cuál paciente es el que es operado primero. No puedes hacer todo al mismo tiempo», explica Audrey Landmann, coordinadora médica de Médicos Sin Fronteras en Gaza. La organización ha emitido un comunicado esta misma mañana en el que avisaba de la necesidad de acabar con los bombardeos hacia la población civil en la Franja de Gaza. «Tienes que hacer numerosas intervenciones al mismo tiempo y para la misma persona», matizaba Landmann, que, como profesional médico, ve todos los días los casos de población civil que sufre los desastres de la guerra.
«Hay compañeros médicos que nos dicen que tienen que reutilizar los guantes higiénicos para tratar a los pacientes, porque no sabemos si vamos a seguir teniendo material básico para la próxima vez», asegura Landmann. Y explica que con el recrudecimiento de los ataques «hay un incremento masivo de las personas seriamente dañadas», debido a las continuas ofensivas del ejército israelí. Landmann trabaja en el Hospital de Al Shifa, la base que tiene MSF en la Franja de Gaza. Cuenta que, en este complejo, no tienen falta de equipo para operar a la gente, lo que más prima es la necesidad de materiales básicos como guantes o vendajes, elementos de primera necesidad para llevar a cabo su labor sanitaria.
Sigue llamando la atención el hecho de que los niños, cuya población en el territorio de la Franja es de 937.618, sean el colectivo más mermados por las catástrofes de la guerrra: «La mayoría de los civiles que entraron en nuestro hospital el pasado fin de semana (uno de los más sangrientos desde el inicio de la Operación Margen Protecto) eran niños y mujeres». Y remarca que «hemos llevado a cabo una petición porque necesitamos más material sanitario», está claro que ante los constantes ataques el incremento de los heridos y muertos de dispara.
Problemas para conseguir trasladar a los heridos
Stephane Dominioni, logista del proyecto de Médicos Sin Fronteras en Gaza, ha explicado a Te interesa que «la dificultad principal es que podamos llegar hasta los heridos en los barrios más destruidos». Uno de los ejemplos más claros de la crudeza de los ataques puede ser el barrio de Shujaiya, en el este de la Franja, objeto de intensos y repetidos bombardeos del Ejército israelí por tierra y aire.
«Imagínate cómo es moverse por la calle si hay bombardeos, por eso nos vemos obligados a limitar nuestros movimientos todos los días», asegura Dominioni. No pueden ir a buscar con normalidad a sus pacientes, de hecho esta mañana se ha dado a conocer que uno de los coches de la organización ha sido uno de los daños colaterales de los ataques, pues estalló una bomba a 300 metros de donde se encontraba.
Dominioni habla de que, en el éxodo de refugiados, tienen que alojar en sus complejos a familias de sus propios trabajadores: «Tres familias de nuestros compañeros de trabajo viven en la clínica porque huyeron desde el norte. En veinte metros cuadrados vive cada una de las familias, que llegan a ser de hasta 12 miembros». Y apostilla que «la evacuación es estresante para muchas familias».
El hecho de que las condiciones de vida para muchos gazatíes son insalubres también es uno de los temas de los que nos habla: «Nuestro jefe de proyecto ha visitado dos escuelas de la ONU en Gaza. Allí nos ha contado que viven en cond¡ciones pésimas, los desechos y otros materiales no se recogen».