Tras conocerse que el piloto estrelló deliberadamente el avión, ahora los investigadores tratan de saber qué empujó al joven Andreas Lubitz a realizar ese macabro acto y matar a 150 personas.
Ayer las autoridades registraron las dos viviendas en las que residían el copiloto: la familiar en la pequeña localidad de Montabaur y la suya, en un barrio periférico de la ciudad alemanna de Düsseldorf.
Según cuenta New York Times, en Düsseldorf vivía en el apartmaneto superior de una vivienda de tres pisos en una zona residencial de la periferia de Düsseldorf que está situada en la carretera que une el aeropuerto y la ciudad alemana de Colonia. En su casa, los vecinos habían colocada una bandera a media asta en una farola. El portavoz de la policía alemana, Markus Niesczery, informó de que cinco personas estaban registrando esta vivienda con el fin de encontrar alguna pista.
Tuvo una gran depresión hace seis años
El copiloto del Airbus A320 de Germanwings, Andreas Lubitz, que habría estrellado voluntariamente el avión en los Alpes franceses, tuvo una grave depresión hace seis años, y desde entonces tenía un seguimiento médico regular, afirma este viernes el diario alemán Bild.
El copiloto de 28 años tuvo «un episodio depresivo grave» en 2009, y siguió un tratamiento psiquiátrico, afirma el diario, que tuvo acceso a documentos de la autoridad alemana de supervisión del transporte aéreo (Luftfahrtbundesamt, LBA).
Desde entonces, el joven había sido sometido a un «tratamiento médico particular y regular», añade el diario, según el cual esta información fue transmitida a la LBA por Lufthansa, la casa matriz de Germanwings.