La vida de Sarah McKinley, una joven de 18 años de Oklahoma, se podría calificar de cualquier forma menos de algo corriente. Esta madre de un bebé de tres meses se ha hecho famosa en medio mundo después de que el pasado 1 de enero llamase al 911 para preguntar si podía matar a un intruso, antes de dispararle a muerte con una escopeta del calibre 12.
Justin Shane Martin, el muerto, pretendía acceder al domicilio de Sarah en la localidad de Blanchard, donde se encontraba con su pequeño, y en un momento dado dio una patada en la puerta de la casa para entrar acto seguido con un cuchillo de caza. Existe ya una grabación de la llamada realizada por Sarah McKinley a Emergencias:
«Estoy aquí sola con mi bebé recién nacido, ¿puedo enviar un agente aquí de inmediato?» preguntó la joven madre. «Tengo dos armas a mano, ¿estaría bien pegarle un tiro si se presenta en la puerta?», añadió McKinley.
El operador policial le respondió: «No puedo decirle que puede hacer eso, pero haga lo necesario para proteger a su bebé». Y ella atendió las instrucciones al pie de la letra. Al llegar al lugar, la Policía encontró a Justin Martin, de 24 años, desplomado sobre un sofá con una herida de bala. Fue declarado muerto en el lugar. Un presunto cómplice de Justin Martin, llamado Dustin Stewart, fue arrestado.
Parto, boda y viudedad en plazo breve
El episodio del asalto no ha sido el único suceso inusual en la vida de la »heroína» McKinley. En los últimos tres meses ha pasado por varias circunstancias nada fáciles, unas felices y otras dramáticas.
Sarah dio a luz a su hijo Justin el 28 de octubre. La felicidad que transmiten las fotos de aquellas fechas salta a la vista. El padre de la criatura, Kenneth ‘Kenny’ McKinley, tenía 58 años. Una importante diferencia de edad a la que Sarah quitaba importancia ante sus amigas. Tras el nacimiento del bebé la siguiente fiesta familiar tuvo lugar el 28 de noviembre, cuando Sarah y Kenny se casaron en una ceremonia íntima, tras la que la joven aseguraba esperar disfrutar muchos años de un plácido y feliz matrimonio.
Pero la historia común duró muy poco. Esta pasada Navidad, Sarah perdía a su esposo y padre de su bebé por un cáncer que se le detectó al poco de contraer matrimonio y que resultó mortal en pocas semanas.
Ahora, sin poder siquiera guardar luto, la joven McKinley se ha convertido en protagonista involuntaria por su valentía y su carácter al defender a su bebé. Las autoridades ya han declarado que el tiroteo fue en defensa propia, y no se presentaran cargos contra la joven madre al haberse defendido de una agresión dentro de su domicilio.