Las protestas que llevan días congregando a miles de personas en las calles de Hong Kong persiguen un objetivo claramente político: conseguir que las elecciones a gobernador local de la ciudad sean plenamente democráticas. Los habitantes de la isla china piden que Pekín no decida quiénes pueden presentarse a los comicios, y por otro lado, piden que se garantice el sufragio universal.
Sin embargo, las protestas también han adquirido un matiz religioso, tal y como ha publicado »The Wall Street Journal». La lucha que el cristianismo, muy presente en la sociedad de Hong Kong debido a su pasado como colonia británica, mantiene con el partido comunista chino, que quieren controlar y monitorizar cualquier movimiento religioso. Pekín está ampliando su influencia en la isla a través del Gobierno local de Leung Chun-Ying, y temen que la libertad religiosa sufra una merma o que se intente alejar al cristianismo de la vida civil de los hongkoneses.
En la actualidad, según el censo de la región, habitan en Hong Kong algo más de 7.100.000 habitantes. De ellos, 480.000 son protestantes y 363.000 católicos. En total, 843.000 cristianos, que suponen un 10% de la población. Una minoría frente a budistas y taoistas, pero que sin embargo tiene un gran arraigo en la ciudad debido a su red de centros educativos.
Es por ello que las iglesias cristianas, tanto católicas como protestantes, están teniendo un papel silencioso pero muy importante en el movimiento Occupy Central. Varios templos están apoyando a los manifestantes ofreciéndoles comida y asilo. Además, el cristianismo ha tenido una presencia visible en las protestas. Tres de los fundadores de varios grupos de manifestantes son católicos, incluyendo al joven de 17 años, Joshua Wong y el profesor Benn Tai. Además, dos de los jefes de Occupy central son cristianos, uno de ellos, Joseph Zen, es un antiguo obispo católico de la ciudad.
La mayoría de líderes religiosos cristianos han adoptado posturas neutrales ante las propuestas. El líder de la Iglesia católica en Hong Kong, el cardenal John Tong, alentó en un comunicado al gobierno local y a los manifestantes a que fuesen moderados tanto en la defensa del orden público como en la expresión de sus reivindicaciones. Por otro lado, un portavoz de la Iglesia anglicana afirmó que no animaría a sus fieles a violar la ley.
Sin embargo, según fuentes cristianas, alrededor de la mitad de los centros de esta religión están dando soporte a los manifestantes con alimentos, asilo y fuerza espiritual. En total, hay 1.400 centros cristianos en Hong Kong. Estas organizaciones han formado grupos ad hoc que ayudan a los principales focos de protesta.
También es habitual encontrarse estos días a grupos de cristianos en medio de las protestas portando cruces, leyendo pasajes de la Biblia y pidiendo oración para que el Gobierno chino escuche las reivindicaciones del pueblo de Hong Kong.