Los hospitales del Reino Unido se enfrentan a una ola de inspecciones duras y nuevas pruebas de calidad, a raíz de los casos de negligencia y desatención que han salido a la luz pública.
El diario The Guardian adelante este jueves las recomendaciones recogidas en la investigación de una comisión de control, que analiza los fallos en la atención sanitaria y habla de “muertes innecesarias” de pacientes debido a errores en la asistencia y mala praxis.
En las inspecciones participarán probablemente médicos y enfermeros. El informe recomienda una reforma del sistema de control, porque se ha demostrado que no se detectaron a tiempo “graves deficiencias” en la atención de los pacientes, por ejemplo en el caso del Hospital de Stafford. El diario señala que en este centro han fallecido entre 400 y 1.200 pacientes por fallos en un periodo que va desde 2005 a 2009.
El documento señala que en este hospital muchos pacientes tenían que recurrir a sus familiares para poder comer o beber, ya que la comida no llegaba a tiempo. Además, se producían fallos en el diagnóstico de patología y las medicinas se suministraban tarde, o simplemente no se facilitaban.
“Muchos pacientes sufrieron experiencias horribles”, relata Robert Francis presidente de la Comisión de Calidad que ha elaborado el informe.
La investigación advierte de la falta de personal, especialmente enfermeras, lo que repercute en la calidad de la atención.
El Gobierno ha promovido algunos cambios en la supervisión y control de la gestión de los hospitales, como la introducción de un sistema de medición de la asistencia con la evaluación de familiares y amigos del paciente.
Pese al duro informe, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, no garantiza que se vayan a poner en marcha todas las recomendaciones.