Siria se desangra. Sus heridas, lejos de cicatrizarse, siguen abiertas. Más de 10 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares, cuatro millones de las cuales están refugiadas en el extranjero. 210.000 muertos, 10.000 de ellos, niños son las cifras de la vergüenza. No hay esperanza en un país que alberga dos de los mayores campos de refugiados del mundo, Yarmuk y Zaatari. El campamento de refugiados Yarmuk es el más grande que hay en Siria. Se encuentra a tan solo 8 kilómetros de Damasco por lo que está dentro de los límites de la ciudad. El campamento al estar tan cerca de la ciudad estructura su distribución de manera semejante a la de un casco urbano por lo que se diferencia del típico campamento de refugiados.
Se construyó en 1957 para acoger a los refugiados palestinos que huían de este país tras la ocupación por parte del gobierno de Israel. Comenzó ocupando un área de 2,1 kilómetros cuadrados para dar cabida a los refugiados que fueron construyendo mezquitas, escuelas y otros lugares públicos. Con los años, los refugiados han mejorado sus viviendas y ha añadido más habitaciones para ellos.
Hoy en día, el campo está lleno de casas de bloques de cemento, y está densamente poblado. Tres carreteras principales llenas de tiendas y atestadas de taxis y microbuses de servicio corren a través de Yarmuk. Muchos de los refugiados en Yarmuk son profesionales, que trabajan como médicos, ingenieros y funcionarios. Otros son empleados como jornaleros y vendedores ambulantes. En general, las condiciones de vida en Yarmuk son mucho mejores que las de los otros campos de refugiados palestinos en Siria.
Según los últimos datos, Yarmuk es el hogar de más más de 150.000 refugiados palestinos. En los cuatro años de conflicto, se calcula decenas de miles de sirios han abandonados sus hogares para convertir el campo, en su hogar. Cuenta con 287 escuelas, tres centros de salud y dos centros comunitarios. La edad más común de la población comprende entre los 26 y 45 años seguidos por los que tiene entre 6 y 15 años.
Zaatari un campo de refugiado en medio de la nada
Zaatari es uno de los campos de refugiados más poblado del mundo. Con 106.000 personas (en 2013, según la ONU), la vida en este espacio de 9 kilómetros cuadrados se ha organizado hasta convertirse en una pequeña ciudad a la que cada día siguen llegando personas desesperadas que huyen de la guerra en Siria. Situado en Jordania, a solo 15 kilómetros de Siria, los refugiados tratan de empezar una nueva vida entre casas prefabricadas y tiendas de campaña.
“En Zaatari existe una avenida que se conocer como Campo Elíseos”, explica Acnur a www.teinteresa.es. Allí los sirios encuentran de todo, es un auténtico bazar en el que se pueden adquirir alimentos, utensilios de higiene y hasta vestidos bordados porque el amor puede surgir hasta en los lugares más inhóspitos.
Atef ha estado en el campamento durante más de un año y ha levantado su negocio en los campos Elíseos en Zaatari. «Empezamos como una tienda de abaya (vestido para las mujeres)», le cuenta Atef a la BBC. “Tenemos dos bodas al día y hay personas que vienen de fuera del campamento para alquilar vestidos porque aquí es más barato». «No ganamos mucho pero nos va bien. Alquilamos el vestido por 10 dinares ya sea dentro o fuera del campamento. Pero a veces cobramos sólo 5 dinares a los que no pueden pagar más”
El suyo es uno de los muchos negocios que han emergido de la nada, tras tres años en el campamento. También hay médicos y peluqueros que han levantados lo refugiados. “Es positivo que inviertan su tiempo en las actividades que realizaban antes de huir del país”, explica Acnur.
Sin embargo, la convivencia en el campo también está generando problemas de violencia e inseguridad. Este se ha convertido en el mayor de los problemas para las autoridades jordanas que controlan la entrada al campamento. La llegada de yihadistas y el desamparo de los menores que llegan solos son dos de los retos para los gerentes del campo que tratan de coordinar el campamento y devolverle la dignidad a los cientos de refugiados que han abandonado su hogar.
Una media de 1.500 sirios llegan cada día a este emplazamiento, coordinado por las instituciones jordanas en colaboración con ACNUR. De estos, casi el 50% son niños, hasta los ocho años la mayor parte de ellos. Eso sí, todos sin recurso alguno.
El clima del campamento pueden alcanzar los 40 grados durante el día y los diez grados bajo cero por la noche, señala, a la vez que indica que se precisan tres millones y medio de litros de agua al día, que se traen en cerca de 170 tanques, mientras que otros 20 funcionan para aguas residuales.