El »fracking» consiste en inyectar grandes cantidades de agua, tierra y productos químicos a gran presión para expulsar el gas y el petróleo de sus recovecos. Consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca, normalmente pizarras y esquistos.
Para extraer el gas atrapado en la roca se prefrora hasta 2 kilómetros en vertical y después otros tantos en horizontal. Una vez perforado se inyecta agua con arena en grandes cantidades con una serie de productos químicos a gran presión. Esto rompe la roca y el gas o petróleo se libera y asciende a la superficie.
El peligro medioambiental derivado de esta técnica, viene por un lado del gran consumo de agua que requiere, y por otro la inclusión de compuestos químicos, cuyo objetivo es romper la roca o incluso disolverla, y que podrían contaminar ntato el terreno como los acuiferos subterráneos.
NACE EN ESTADOS UNIDOS
El «fracking» o fractura hidráulica lleva aplicándose en Estados Unidos desde hace casi tres décadas, pero la mejora de las tecnologías han expandido esta práctica en los últimos cinco años poniendo a disposición grandes cantidades de gas natural a precio asequible. Esta técnica podría devolverle el liderazgo energético a Estados Unidos de aquí a varias décadas.
En Europa casi nadie espera que el gas no convencional produzca semejante revolución energética, aunque «sí podría suponer una evolución» para reducir la importación de hidrocarburos, opina el catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, Mariano Marzo.
Los expertos consideran, además, que el caso estadounidense no es extrapolable a Europa por tratarse de un continente más poblado, con mayores cautelas ambientales y con un régimen de propiedad del suelo diferente: el propietario de los minerales es el estado y no los dueños particulares de los terrenos como en Estados Unidos.
El Parlamento Europeo acaba de determinar que deben ser los países quienes decidan si explotar o no su gas no convencional, aunque advierte de que, de hacerlo, tendrá que ser con los más estrictos controles dados los riesgos que conlleva esta técnica.
En ese sentido, Francia, Bulgaria, Rumanía y República Checa han establecido una moratoria; Reino Unido, Polonia, Dinamarca, Suecia, Austria, Alemania, Lituania, Holanda, Portugal, Estonia (petróleo no convencional), Hungría, Irlanda y España están llevando acabo actividades exploratorias, y el resto de países aún no ha movido ficha.
En España hay permisos concedidos para llevar a cabo prospecciones en Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Aragón, Cataluña y Castilla La Mancha; y solicitados en las mismas regiones más la Comunidad Valenciana y Navarra.