El fantasma de la financiación ilegal desde Libia vuelve a llamar a la puerta del expresidente francés Nicolás Sakorzy. El político ha sido trasladado a disposición judicial para ser interrogado por los agentes de la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF) por una supuesta trama de financiación ilegal desde Libia para ganar las elecciones presidenciales de 2007, un caso que saltó a la prensa en 2012 por la publicación de un documento libio por el sitio francés Mediapart.
Según este sitio, la lista de delitos investigados al expresidente es larga. Desde corrupción activa y pasiva hasta tráfico de influencias, desfalco, abuso de bienes sociales, falsificación de documentos, blanqueo de evasión fiscal, encubrimiento, entre otros, dentro de un marco de financiación ilegal en el que se registran transferencias firmadas por Muamar Gadafi de hasta 50 millones de euros.
La trama de financiación libia ronda la figura de Sarkozy desde hace ya años. Según Le Monde, el arresto de Sarkozy se debe a la existencia de pruebas suficientes para inculparlo tras cinco años de proceso. Entre otras cosas, porque antiguos dignatarios del régimen de Gadafi han aportado elementos que vienen a confirmar las sospechas.
El caso que saltó en 2012
En la trama también viene salpicado el que fuera secretario general del Eliseo, Claude Guéant, que habría recibido junto a Sarkozy medio millón de euros por transferencia desde tierras libias. Guéant siempre aseguró que dicho dinero procedió de la venta de dos cuadros.
Sin embargo, la trama de financiación no termina con ese medio millón. En noviembre de 2016, el empresario e intermediario Ziad Takieddine afirmó haber llevado cinco millones de euros en efectivo entre finales de 2006 y comienzos de 2007 de Trípoli a París, que entregó a Claude Géant y a Nicolas Sarkozy, que era entonces ministro de Interior.
Dichas alegaciones confirman las de Abdallah Senoussi, antiguo responsable de los servicios de información militares del régimen del derrocado líder libio en septiembre de 2012 ante un fiscal en su propio país en la misma línea.
Además, la justicia francesa recuperó la agenda del que fuera ministro del Petróleo de Gadafi, Choukri Ghanem, muerto en 2012 en turbias circunstancias, donde aparecían mencionados pagos de dinero a Sarkozy.
Un antiguo colaborador del líder libio que se encargaba de las relaciones con Francia, Bechir Saleh, también aseguró a «Le Monde» que Gadafi dijo que «había financiado a Sarkozy».
Uno de los jueces que dirige esta investigación, Serge Tournaire, es el mismo que lo inculpó en otro sumario, en ese caso por los fondos para la campaña de 2012 en la que no fue elegido.
Entre otras cosas, porque antiguos dignatarios del régimen de Gadafi han aportado elementos que vienen a confirmar las sospechas.
Sarkozy ha denunciado siempre esas acusaciones, que ha atribuido a manipulaciones y a un ensañamiento contra él. Sin embargo no es la primera vez que un gran caso de corrupción y financiación ilegal mancha el historial del expresidente.
Ya en 2016 fue imputado por la justicia francés por otro caso de financiación ilegal, esta vez para la campaña de 2012, en la que salió elegido Françoise Hollande.