El derribo del avión civil, con 298 pasajeros a bordo, por parte de los prorrusos -apoyados por el Kremlin- ha provocado la condena de EE UU y Europa occidental, que en principio apuestan por la vía diplómatica, pero sin dejar de señalar la responsabilidad de Vladimir Putin.
El presidente de Rusia es precisamente el más interesado de que la situación no vaya a mayores y ha prometido que Moscú hará todo lo que esté en su mano para el conflicto armado en el este de Ucrania se resuelva mediante la vía pacífica.
«Rusia, por su parte, hará todo lo que de ella dependa para que el conflicto en Ucrania pase de su actual fase militar a una fase de debate en una mesa de negociaciones con medios pacíficos y diplomáticos», dijo el jefe del Kremlin.
Sin embargo, los expertos en política internacional, coinciden en que Europa debe tomar una actitud menos ambigüa y permisiva con Rusia y tomar las riendas de un conflicto que ha derivado en un hecho -el derribo de un avión civil por una fuerza militar- que sólo ha tenido lugar en seis ocasiones, la última hace 13 años.
Natalia Shapovalova, investigadora asociada en Fride, un think tank europeo para la acción global, señala que las pistas y pruebas apuntan a los separatistas prorrusos como responsables del derribo del avión y además son los que tienen acceso a las cajas negras, los restos del avión y los cadáveres. Apunta Shapovalova que existen conversaciones, interceptadas por los servicios de inteligencia ucranianos, en las que responsables rusos piden que no se dejen pruebas del derribo.
Asegura que Rusia no está ayudando a solucionar el conficto y que Europa debe forzar a que se deje investigar. Señala que se seguirá en principio la vía diplomática, pero ya se están barajando sanciones de nivel 3. La experta de Fride que incluso se puede plantear prohibir las exportaciones de alta tecnología que pueda tener un uso militar.
Para Marcel H. Van Herpen, director de la Fundación Cícero y autor de Las Guerras de Putin y el Putinismo, asegura que en este momento Europa y Estados Unidos no deben ceder y que las sanciones no deben ser simbólicas, como hasta ahora, y tienen que tener un grave impacto en la economía rusa.
En un informe titulado ¿Quién es responsable de la muerte de los pasajeros de la MH17?, apunta que el Gobierno francés debería cancelar la entrega a Rusia del portahelicópteros Mistral y que Alemania tendría que cancelar el contrato para construir un centro de entrenamiento militar en Rusia.
El experto en nuevo imperialismo ruso advierte que Europa debe ser más activa y apoyar más a Ucrania para lograr una solución, ya que los bloques de negociación «porque favorecen unilitaralmente a Rusia».
Asegura Van Harpen que el conflicto en Ucrania empezó como una guerra secreta en 2004 y admite que hay cuatro grupos separatistas reconocidos: Fuerzas especiales rusas –Spetsnaz-, pertenecientes al servicio de inteligencia del Ejército ruso; ex soldados rusos; milicias de cosacos y chechenos; y mercenarios locales prorrusos. «El Kremlin sólo reconoce esta última categoria, negando de esta forma su participación directa«, señala.
Sin embargo, apunta, «Rusia no ofrece sólo tropas, sino también las armas, que incluyen sistemas de defensa aérea y vehículos blindados, ade más tanques T-64″.
En cuanto al sistema lanzamisiles Buk SA-11, que abatió un avión civil y acabó con la vida de 300 civiles, apunta que es altamente sofisticado tecnológicamente y sólo puede ser utilizado por personal preparado. Van Harpen traslada toda la responsabilidad al Kremlin.
«El Kremlin hará lo que esté en su poder para ocultar las evidencias, por lo que cabe dudar que entregue las cajas negras. Incluso es posible que utilice el suceso para lograr un alto el fuego, una trampa en la que no debe caer Ucrania».
Rusia intenta desviar la atención
Mientras que parece evidente que fue un misil prorruso el que derribó el avión de Malaysia Airlines, Rusia intenta desviar la atención y abrir aportar nuevas incógnitas a una investigación complicada. El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, acusó a Ucrania de abatir el avión malasio en el este de Ucrania con un misil lanzado desde un caza de combate que volaba cerca del Boeing 777. La autoridad militar rusa negóo asimismo que Moscú haya entregado sistemas de misiles BUK u otras armas a los rebeldes prorrusos.
«Se observó la situación de tres aeronaves, entre ellas el avión Boeing 777 de la aerolínea malasia. Al mismo tiempo se observó el ascenso de un avión de la Fuerza Aérea ucraniana, posiblemente un SU-25, a una distancia de 3 a 5 kilómetros del Boeing», señaló el general Andrei Kartapolov, jefe de la dirección de operaciones del Estado Mayor.
En una conferencia de prensa para ofrecer información sobre la tragedia del vuelo MH17, que según las potencias occidentales y las autoridades de Kiev fue derribado por un misil por las milicias prorrusas, el general negó que Rusia haya suministrado a los insurgentes esa u otras armas. «La Federación Rusa no entregó a los rebeldes complejos de defensa antiaérea BUK ni otro tipo de armamento o técnica militar», señaló.