Norman Reginald Warner fue ministro de Sanidad entre 2003 y 2007. El laborista fue el encargado de dirigir una investigación en 1992 por más de una veintena de casos de abuso a menores en Birmingham, casi todos ellos en centros de menores. “Los centros de menores sirvieron como línea de suministro” para los pedófilos en la década de los ochenta, asegura Warner.
Como protector de la infancia, Warner ha advertido de que una “poderosa élite” de la que formaban parte al menos 20 importantes figuras llevaron a cabo “la peor forma de abuso”: el abuso desde el poder. El exministro fue director de los servicios sociales en la década de los ochenta y asegura que desde el Gobierno no se tomaron medidas suficientes para acabar con este tipo de abusos porque había “falta de fe” en la mentalidad de la sociedad, y que existía un cierto “aire de respeto” por los altos cargos.
Sin embargo, ante las acusaciones de que todos los casos de abusos a menores se ocultaron conscientemente es algo que enerva a Warner. “Haberlo encubierto significa que era algo que estaba muy organizado”, asegura.
No es la primera vez que se habla de esta serie de abusos a menores que ha revolucionado el Parlamento británico. De hecho, tras conocerse el hecho de que los expedientes y las denuncias habían sido ocultadas conscientemente, el Ministerio del Interior, liderado por Theresa May, se ha comprometido a investigarlo.
Así, será el director de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, en sus siglas en inglés), Peter Wanless, el que dirigirá la investigación sobre esa posible red de pederastas en el Parlamento británico. «Nuestra prioridad ha de ser el procesamiento de las personas que estén detrás de estos asquerosos delitos«, afirmó May en la Cámara de los Comunes, tras días de presiones por parte de la oposición laborista para que se abordara el asunto.
De hecho, el líder laborista se ha quejado de la lenta y poco sistemática respuesta del Gobierno en una materia tan sensible. “Han sido lentos y poco sistemáticos a la hora de abordar esta cuestión”, aseguró Ed Miliband, líder del Partid Laborista, según recoge el diario ‘The Guardian’. En este sentido, Miliband asegura que es necesario que el Gobierno emita “medidas de protección a los menores para el futuro” y que si lo hace, le ofrecerán el apoyo del partido.
“Es vital que la investigación sea lo suficientemente amplia y aborde diferentes ámbitos”, aseguró. “Lo importante es que se conozca la verdad para que se haga justicia, que se llegue a saber qué ocurrió en las instituciones y que se dé la respuesta correcta para el futuro”, añadió.
La primeras conclusiones de la investigación se publicarán en ocho o diez semanas
La ministra del Interior precisó que Wanless contará con la ayuda de expertos legales y que presentará sus conclusiones en ocho o diez semanas, mientras que la investigación se desarrollará «con la máxima transparencia» y la intención de «denunciar errores y aprender lecciones». Sin embargo, en profundidad no se espera que se conozcan hasta las próximas elecciones, que tendrán lugar en mayo de 2015.
No obstante, es necesario explicar por qué ahora, en 2014, han salido a la luz casos de abusos a menores de edad de hace más de tres décadas. Aunque es un tema que ha estado a la orden del día tras las investigaciones en torno a los conocidos presentadores de la BBC Jimmy Savile y Rolf Harris, el primero fallecido y el segundo, de 84 años, ambos declarados culpables de abuso a menores, lo sorprendente ha sido el hecho de que en esta investigación se centre en figuras políticas.
La primera semana de julio, el diputado laborista Simon Danczuk fue el que abrió la caja de Pandora, haciendo una petición al que estaba frente al Ministerio del Interior entre 1983 y 1985, Leon Brittan, para que éste presentara su explicación acerca de qué había ocurrido con una serie de documentos relacionados con una investigación especial sobre pedofilia entre altos cargos, archivos que, supuestamente, le habría entregado un diputado conservador en 1983, durante el Gobierno de la ‘dama de hierro’.
El tema se quedó olvidado en el fondo de un archivo y no se sacó a la luz, ni siquiera cuando la investigación se puso en marcha. No fue hasta 2013 cuando se conoció que al menos 114 documentos habían desaparecido, aunque no se tenía constancia de que hubieran sido destruidos. Fue a partir de entonces cuando empezaron a señalar al Gobierno de haber estado encubriendo actividades altamente reprobables.
Entre los documentos que desaparecieron podrían encontrarse, según indica la BBC, algunos en relación a investigaciones por pederastia de importantes figuras como algún diputado del Parlamento o funcionarios del palacio de Buckingham, la residencia de la reina. Ocho eran los nombres de “importantes figuras políticas” que podrían haber salido a la luz entonces, con estas informaciones que acabaron siendo silenciadas.
También entre estos documentos se encontraban datos de una red de activistas que quiso promover la legalidad de las relaciones sexuales entre adultos y menores, entre los que se encontraba el nombre de un conocido boxeador que se convirtió en diputado del Partido Conservador.
Centros de menores y orfanatos, fuente de suministro para los pedófilos
Otros datos que también desaparecieron en ese intento de ocultación de una información que podría azotar tanto al Parlamento como a todo el Partido Conservador eran los relacionados con el ‘caso Elm Guest House’, una investigación que se lanzó en la década de los setenta y que estaba dirigida a analizar las denuncias de que algunos miembros del Parlamento se reunían en zonas apartadas, al sur de Londres, para mantener relaciones sexuales con menores de edad.
El Elm Guest House era uno de los centros de menores ubicados en la zona y de él salían muchos de los menores que acabaron siendo víctimas de esos altos cargos. El exministro de Sanidad Norman Reginald Warner sigue en esta línea, denunciando cómo este tipo de centros se convirtieron en fuente de suministro para los pedófilos del Parlamento.
En una entrevista concedida a una radio británica, Warner aseguraba que muchos de estos “centros de menores fueron objetivo de las figuras que estaban en el poder, de la gente poderosa”.
“Es posible que la gente que ostentaba algún tipo de autoridad, que era poderosa en determinadas circunscripciones, pudiera haber tenido acceso a los centros de menores”, aseguraba. “Sabemos por la historia que los centros y hogares de menores han sido en ocasiones fuente de suministro (para los pedófilos)”, añade. De hecho, esto fue lo que ocurrió en el caso de Savile, que por su fama consiguió acceder a numerosos hospitales e, incluso, atraer a menores a las oficinas de la BBC para cometer sus delitos.