Estados Unidos comenzó el segundo milenio con el pie cambiado. El que era el país más seguro del mundo sufrió uno de los atentados más terribles de la historia. Desde ese momento, la política exterior del país pasó a ser uno de los puntos más importantes de su Gobierno. Hasta ese momento no figuraba como alguno de sus puntos más relevantes. Sin embargo, diez años después, la economía más potente e importante del mundo prefiere mirar hacia dentro. Los americanos están cansados de la crisis económica que ha asolado al país desde 2009 y quieren que el Gobierno se centre en poner un punto y final a esta situación.
Ni Putin que juega a ser zar. Ni el conflicto entre Palestina e Israel. Ni las líneas rojas en Siria…los estadounidenses quieren que la administración Obama reduzca su presencia internacional e injerencia en los asuntos externos para centrarse en los asuntos domésticos. Se trata de un cambio significativo que responde a cierto escepticismo en los beneficios de la globalización y el mercado libre así como un sorprendente cambio en la mentalidad de los estadounidenses.
Una encuesta de Wall Street Journal y NBC News, realizada a 1.000 personas entre el 23 y 27 de abril, señala que el 53% por ciento de los estadounidenses desaprueban la gestión de Barack Obama en política exterior. A la pregunta, ¿cree que el sistema político y económico les está asfixiando? El 55 por ciento se muestra de acuerdo con esa idea. Preguntados sobre si EEUU debería tener un papel en el mundo, menos activo, más activo o igual. Un 47 por ciento considera que EEUU debería reducir su papel internacional frente al 19 por ciento que opta por ampliarlo. Estos resultados revelan que solo uno de cada 5 estadounidenses apuesta por una posición más intervencionista de EEUU, a pesar de que se preguntó a los encuestados en un momento especialmente tenso en Ucrania y Rusia.
Así los datos muestran que solo el 38 por ciento de los encuestados aprueba la gestión internacional de Barack Obama, en un momento en el que la aprobación general de su gestión se recupera ligeramente respecto a los meses anteriores, al alcanzar un 44 por ciento de aprobación en abril frente al 41 por ciento en el mes de marzo.
Menos apoyo a una intervención en Rusia
El presidente Obama defendió sus decisiones en Ucrania el pasado lunes durante una conferencia en Filipinas, en la que defendió la diplomacia frente a una intervención militar. “¿Por qué todo el mundo está ansioso por usar la fuerza militar? Décadas de guerra han costado cientos de vidas y dinero”, explicó el mandatario. Precisamente, el apoyo a una intervención militar se redujo en el mes de abril, según la encuesta de WSJ. Solo el 37 por ciento de los estadounidense estaría a favor de enviar tropas a Rusia frente al 43 por ciento que lo apoyaba en el mes de marzo.
Parece ser que los estadounidense prefieren reforzar las sanciones económicas dirigidas al Gobierno de Vladímir Putin frente a la intervención militar. Un estudio del Pew Research Center, más de la mitad de los encuestados se mostraron a favor de aumentar las sanciones económicas y diplomáticas contra Moscú.