Irak se hunde. A medida que avanzan los días, el país se resquebraja ante la incapacidad de su presidente Nouri Maliki de controlar el territorio. Su gestión, a pesar de ser reelegido en las últimas elecciones no ha contribuido al desarrollo del país. Según explica experto Félix Arteaga del Instituto El Cano, ha sido incapaz de elevar la renta, el nivel de vida de los ciudadanos, ni tampoco articular un sentimiento nacional de identidad. Precisamente una Irak sin Maliki es uno de los escenarios posible para resolver la crisis.
“Es una oportunidad para decir que Maliki es el culpable. No reparte el dinero, no integra a las comunidades en la extracción del petróleo y alimenta el separatismo kurdo”, explica el experto. Recuerda que entre los errores de Maliki está que sofocó las protestas por la fuerza, situación que “dio la oportunidad a los yihadistas de capitalizar la insurgencia suní”.
El segundo de los escenarios pasa por el estancamiento del conflicto que llevaría a “segregación”. En este sentido, el Kurdistán conseguiría su independencia, el norte para los suníes y en el sur se desataría la pugna por sustituir a Maliki.
El tercero de los escenarios que plantea el experto es “la confabulación contra los insurgentes”. Prevé una alianza internacional contra los yihadistas.
¿Quién es la insurgencia?
Desde que estalló la crisis en Irak, ISIS ha dirigido a la insurgencia suní “Son los más agresivos”; explica el experto que añade que no son los únicos. “Su mayor ventaja es su experiencia militar y la existencia de santuarios sunís desde los que actúan con impunidad”, señala.
También se incorporaron a su lucha otras milicias como los Consejos locales, los antiguos baasistas y otras milicias como Hijos de Irak y Awekeining. Al otro lado del campo de batalla están las fuerzas de seguridad de Irak, las decenas de miles de combatientes de Bagdad y los peshmerga kurdos.