Siete personas perdieron la vida por el naufragio de la embarcación, que fue golpeada por un crucero. A bordo viajaban 19 turistas y guías surcoreanos y dos tripulantes húngaros, por lo que los dos países directamente afectados han unido fuerzas para tratar de esclarecer los hechos y recuperar a las víctimas.
Un grupo de buzos de Corea del Sur ha iniciado este lunes unos trabajos con los que, en un primer momento, quieren «evaluar la situación», según un miembro del equipo citado por la agencia de noticias Yonhap. Las autoridades no descartan que pueda haber cuerpos en el interior de la nave o que las fuertes corrientes hayan arrastrado a las víctimas a kilómetros de distancia.
«Trabajaremos no solo con el Gobierno de Hungría para las operaciones de búsqueda, sino también con los países vecinos como Serbia, Rumanía y Bulgaria», ha explicado la ministra de Exteriores surcoreana, Kang Kyung Wha, que ha reclamado también una investigación exhaustiva para depurar responsabilidades por lo ocurrido en el Danubio.
Las autoridades húngaras se inclinan por sacar a flote la embarcación y prevén iniciar los trabajos el jueves si, como ha ocurrido debido al reciente temporal, se hace inviable la búsqueda submarina. En los últimos días estas labores han sido imposibles por el alto nivel del agua y las fuertes corrientes.