Se cumplen dos años de la muerte de Hugo Cháve y e chavismo se juega en 2015 su futuro en cruciales elecciones legislativas ante una oposición dividida que recurrirá a la carta de la crisis económica exacerbada durante la Presidencia del cada vez más impopular Nicolás Maduro.
Lejos queda la tarde del 5 de marzo de 2013, cuando la noticia de la muerte de Chávez fue la detonante para que por días las calles se llenaran de multitudes de simpatizantes del polémico presidente que implantó el «socialismo del siglo XXI» en Venezuela durante sus 14 años de gobierno.
Ahora, según estudios de opinión, el chavismo está mermado. «En octubre de 2012 el 44% se autodefinía como chavista. En diciembre pasado, era 22%, es decir ha habido una reducción a la mitad del capital político del chavismo», comentó a la AFP el politólogo John Magdaleno.
El analista señala que la pérdida de popularidad del chavismo está asociada inevitablemente al fallecimiento de Chávez, pero también a la profunda crisis económica en Venezuela y a la evaluación negativa que los venezolanos hacen de Maduro, en el poder desde abril de 2013.
Los dos años de gestión de Maduro, continuador del modelo socialista de controles y de planificación centralizada, se caracterizan por el empeoramiento de datos económicos y sociales clave como inflación, devaluación, reservas internacionales, déficit fiscal o pobreza, respecto a los que dejó Chávez al momento de su muerte. La caída de los precios del crudo vuelve el panorama más sombrío.
Cuando estaba Chávez todo era distinto
«Cuando estaba Chávez todo era distinto, ese señor sí sabía cómo manejar el país», añora Alejandro Herrera, mecánico en una barriada popular del oeste de Caracas, donde a dos años de la muerte del líder socialista muchos aún son chavistas, pero no «maduristas».
Hugo Chávez, durante 14 años promotor del socialismo del siglo XXI en el país petrolero, le cedió el testigo antes de su muerte a su fiel vicepresidente Nicolás Maduro, pero el severo deterioro de la situación económica -exacerbado por la caída de los precios del petróleo- han hundido su popularidad.
«Ahora lo que da es tristeza ver cómo Maduro ha ido destruyendo todo lo que él dejó. Yo siempre seré chavista de corazón y hasta reconozco que voté por Maduro, pero jamás me sentiré madurista», agrega a la AFP este caraqueño de 64 años.
Resulta evidente el contraste con su predecesor, quien fuera uno de los líderes más populares del continente en las últimas décadas y de la historia de Venezuela, como muestran los incontables murales, banderas y camisetas con su rostro estampado.
Sentado en la plaza Bolívar de Antímano, un barrio caraqueño que ha sido bastión fundamental del chavismo desde sus inicios, el empleado público Yorman Fernández declara: «Maduro ha tomado acciones erradas y no tiene mucha experiencia gobernando. El gobierno está lleno de vicios, eso es verdad, pero al menos tiene buenas intenciones».
«Maduro sigue la línea de Chávez, por eso yo no creo que sea tan fácil que la oposición gobierne pronto».
La popularidad de Maduro, en mínimos
Según la encuestadora Datanálisis, la aprobación de Maduro ronda 20%, «el punto más bajo al que se ha llegado en estos 16 años (de chavismo). Chávez tuvo su nivel más bajo de 31% en julio de 2003», añade Magdaleno.